Por: José Rafael Gómez Reguera
Lejos estaban de imaginar Luis y Sergio Saíz Montes de Oca que salir a las calles de su querido San Juan y Martínez, en Pinar del Río, cuando pretendían realizar una acción para celebrar el cumpleaños del máximo líder cubano Fidel Castro, aquel 13 de agosto de 1957, les conduciría a la muerte, aunque ciertamente enfrentaron el riesgo.
Sus vidas, truncas cuando apenas comenzaban su andar por la existencia humana, hubieran merecido muchos años para demostrar, aún más, esa fortaleza de espíritu, impregnado desde la cuna. Donde el civismo y la rectitud de carácter, entroncaban con la necesidad de contribuir al fin de la dictadura batistiana y arribar al triunfo revolucionario.
Sergio Saíz Montes de Oca nació en San Juan y Martínez el 8 de enero de 1940. Al morir tenía 17 años. Luis Rodolfo Saiz Montes de Oca había nacido en La Habana el 4 de noviembre de 1938, por tanto, tenía al morir solo 18 años de edad.
Con su lucha querían dejar atrás tantas crueldades, como la que cegaron sus vidas hace hoy 63 años. Su madre, Esther Montes de Oca, sabía de sus andanzas. Imposible desconocerlas. El corazón de una madre nunca se engaña, y así nos lo confesó en aquel lejano día de principios de los años 90 cuando varios dirigentes de la Asociación Hermanos Saíz le visitamos en su natal San Juan y Martínez y revisitamos la historia de sus labios. Tampoco el padre ignoraba aquellos trajines conspirativos de sus vástagos Sergio y Luis.
Por sobre ese amor que siempre les cobijó, estaban las convicciones patrióticas de dos muchachos que más de una vez expusieron su modo de pensar en poesías y otras creaciones literarias que la posteridad se ha encargado de exponer.
Los hermanos Saíz viven en el corazón de la Patria que recuerda a cada uno de sus hijos. Para ellos, el homenaje eterno de los cubanos que les traen de vuelta cada día en este empeño de construir una sociedad mejor.