La ciencia y la técnica, aliadas de la producción de café en Trinidad

 

TRinidad se alista de cara a la próxima cosecha cafetalera
La producción cafetalera ha de ir aparejada con el aporte de alimentos en Trinidad. Foto: José L. Camellón / Escambray.

Por: Ana Martha Panadés Rodríguez.

La producción de café constituye hoy un renglón económico esencial para el país y también en el municipio espirituano de Trinidad, donde ya se trabaja fuerte de cara a la venidera cosecha en un año marcado por la amenaza de la COVID-19 y las afectaciones asociadas al cambio climático.

Nacido y criado en la zona de Topes de Collantes, Adan Garrido Vega no oculta su asombro ante la persistente sequía en esta faja montañosa bendecida tradicionalmente por su clima húmedo.

El cambio climático nos está afectando; años atrás en la loma había que taparse con colcha y hoy no se puede dormir sin un ventilador”, afirma el avezado caficultor que insiste en el uso de alternativas para garantizar la supervivencia de las plantaciones como la cobertura viva y el arrope de la planta a fin de incrementar los rendimientos

Así, al frente de la Cooperativa de Producción Agropecuaria, (CPA) Juan González logró aumentar los volúmenes de recolección de un grano de primera calidad y que se cotiza en el mercado mundial entre 4 mil y 5 mil dólares la tonelada.

En el llano, en la zona de Pitajones, Eddy Mesa, presidente de la UBPC Carlos Cancio, encuentra también la fórmula para minimizar los efectos de la escasa lluvia y el sol intenso, enemigos de las plantaciones cafetaleras. Esta base productiva cerró la pasada cosecha entre las mejores de la provincia espirituana, con un rendimiento de 1.10 toneladas por hectárea de la variedad robusta, destinada al consumo interno.

Los soles son más fuertes y las precipitaciones más escasas – reconoce- y todo eso va en contra de la producción cafetalera. Si no hay ciencia y técnica no hay buenos rendimientos; la siembra hay que hacerla con la calidad necesaria, así como el resto de las actividades técnicas que demanda el cultivo; de lo contrario el resultado se compromete al final”.

Ante la disminución de la actividad turística a causa de la emergencia sanitaria mundial, Cuba necesita elevar los volúmenes de producción del cerezo; por ello los caficultores en esta localidad sureña se suben la manga al codo y apelan a la ciencia y la técnica con la mirada no solo en la venidera cosecha, sino también en el programa de renovación de las plantaciones, como garantía del despegue definitivo de este renglón exportable y muy demandado además en el territorio nacional.