Laura Martínez de Carvajal, primera mujer médico cubana

Primera mujer médico en Cuba. Foto: de internet

Por: Rafael Novoa Pupo

La primera mujer graduada en Medicina en Cuba fue Laura Martínez Carvajal y del Camino, muestra de perseverancia e inteligencia, quien desafió los preceptos de su época y obtuvo este título en la Universidad de La Habana, el 15 de julio de 1889.

Esta emprendedora mujer, descendiente de una familia española adinerada, nació el 27 de agosto de 1869. Cursó la primaria en la Escuela de Señoritas de la profesora española Manuela de Concha y Duval y se graduó del Bachillerato a los 13 años, en el Colegio de San Francisco de Paula.

Con apenas 14 años matriculó en la Universidad de La Habana, donde estudió dos carreras: Licenciatura en Ciencias Físico-Matemáticas y Medicina, las cuales concluyó en 1888 y 1889, respectivamente, con muy buenas calificaciones.

Estudiar en la universidad no fue nada fácil; aunque la trataban con respeto y admiración, ya que de alguna manera era discriminada. La dirección del centro le impedía practicar la disección de los cadáveres junto con los demás estudiantes. Por ello, tenía que hacerlo sola, los sábados y domingos.

Durante la carrera conoció al Doctor Enrique López Veitía, eminente oftalmólogo, quien se enamoró de ella y quiso casarse inmediatamente. Pero el padre de Laura no dio su consentimiento pues quería que se graduara primero.

El 15 de julio de 1889 se le adjudicó el primer título de Licenciado en Medicina y Cirugía otorgado a una mujer, y cinco días después se casó. Luego continuó sus estudios y se convirtió además, en la primera mujer cubana especialista en Oftalmología, especialidad que ejerció en una reconocida policlínica dirigida por su esposo.

Debido a su meritorio trabajo logró una numerosa clientela privada. También colaboró en una obra escrita por su esposo denominada Oftalmología Clínica, de la cual se publicaron tres ediciones, y cooperó en otros cien trabajos realizados por él, en dicha especialidad.

Es admirable que una mujer obtuviera tantos logros en pleno siglo XIX, lo cual no le impidió ser madre de siete hijos, sin abandonar su trabajo. Por otra parte, su esposo enfermó y tuvo que atender a sus pacientes hasta en su propia casa.

Al fallecer su esposo en febrero de 1910 con solo 51 años, mandó a construir una finca llamada El Retiro donde instaló una escuela gratuita para los pobres. Poco tiempo después le diagnosticaron Tuberculosis, y murió por esa causa el 24 de enero de 1941.

Esta perseverante mujer nunca se limitó al destino de las damas de su tiempo: casarse, tener hijos y ocuparse de los quehaceres domésticos. Laura Martínez Carvajal, fue mucho más lejos, y constituyó un ejemplo a seguir, incluso para las mujeres de la actualidad.

(Con información de Ecured y Tribuna de La Habana)