Gustavo Adolfo Aldereguía Lima, principal figura de la tisiología en Cuba

Foto: 5 de septiembre

Por: Rafael Novoa Pupo

Gustavo Adolfo Aldereguía Lima, nació en Campechuela antigua provincia de Oriente, el 22 de marzo de 1895. Desde muy pequeño sufre las condiciones que la vida le impone al quedar huérfano de madre a los 10 meses de nacido, víctima de la tuberculosis. Años más tarde pierde también a su padre con 11 años en un accidente ferroviario, del que fue testigo presencial.

En 1909 comienza estudios secundarios en un Colegio privado de Cárdenas, pasando después al Instituto de Segunda Enseñanza de Matanzas, donde fue presidente de la Asociación de Estudiantes de dicho plantel en el que se gradúa de Bachiller en Ciencias y Letras y de Perito Agrimensor el 11 de junio de 1913.

El 22 de septiembre de 1913, a la edad de 18 años, matricula en la Universidad de La Habana en la carrera de Medicina y Cirugía, y en 1916 funda y dirige la Revista de la Asociación de Estudiantes de Medicina.

Al graduarse de galeno en 1918, Gustavo Aldereguía va a trabajar en el campo en Matanzas, como médico de los ingenios Álava hoy México y Santa Gertrudis ya demolido en los alrededores del poblado de Banagüises, lugar donde creció y jugó mucho a la pelota, razón por la que fue a prestar sus servicios como profesional allí, donde comenzó también su inclinación como revolucionario, así como su pensamiento como higienista en contacto con la realidad social del central azucarero, donde pasó los primeros cuatro años de su ejercicio profesional.

En el medio rural conoce la vida campesina y lucha por mejorar las condiciones de sus pobladores, a quienes les enseña a combatir plagas como el parasitismo y enfermedades infecciosas como la tuberculosis. De igual modo practicó la medicina preventiva, y dictó conferencias en el seno de las comunidades y poblados, y divulgó conocimientos sanitarios sobre higiene pública y privada, vacunación, aguas, y vivienda, y sostuvo charlas esclarecedoras sobre medicina social.

Foto: Internet

Aldereguía no sólo se dedicó a la medicina curativa, sino a la más importante la medicina preventiva. Su estancia en Banagüises, fue importante para sus sentimientos pues también allí encontró el gran amor que fuera Agustina Valdés Brito Carreras, con quien contrae matrimonio en el año 1920 del cual nacieron dos hijos varones.

En noviembre de 1922, el joven galeno asiste al 6to Congreso Médico Latinoamericano, y en ese mismo mes cuando se conmemoraba en la Universidad de La Habana el fusilamiento de los 8 estudiantes de medicina, Aldereguía da otro paso importante en su larga carrera de hechos históricos, al pedirle al rector de la Universidad de Buenos Aires, Dr. José Arce que diera una conferencia sobre la evolución de las universidades argentinas, como una forma de medir el pensamiento de la juventud universitaria en esos momentos.

Luego regresa a Matanzas al central Santa Gertrudis y es cuando conoce del estallido de la huelga general revolucionaria en la Universidad, y la fundación de la Federación de Estudiantes Universitarios por Julio Antonio Mella. A su regreso a la Habana en octubre de 1923, conoce a Julio Antonio Mella y Rubén Martines Villena, surgiendo entre ambos, una profunda amistad.

En 1930 Aldereguía y su familia parten a Estados Unidos, y allí se dedica a estudiar profundamente la tuberculosis, y la tisiología, convirtiéndose en la primera figura de esa especialidad en Cuba.

A la caída de Machado regresa a la Isla y se desempeña como Director del Sanatorio Antituberculoso “La Esperanza”, y dota al hospital de gran cantidad de equipos modernos, organiza el trabajo del personal, y comienza por primera vez en Cuba, el tratamiento científico a los enfermos de tuberculosis.

Rubén Martínez Villena, inmerso de lleno en la lucha obrera descuida su salud, y contrae una congestión pulmonar. Gustavo Aldereguía, médico y amigo entrañable de siempre, se da cuenta de que empeoraba demasiado la salud de Rubén y consiguió llevarlo para el Instituto Clínico de la Habana, donde trató de hacerle una toracoplastia, pero Villena siempre inquieto escapó de la Clínica en vísperas de la operación.

En diciembre de 1933 Aldereguía logra ingresar a Villena en la Esperanza. Hasta allí fueron a verlo Blas Roca, Fabio Grobart y todos sus amigos. Conocía los resultados de las reuniones del Buró Político y los acontecimientos del Congreso.

A pesar de los cuidados de este, el aliento y preocupación de sus amigos y familiares, Villena languidecía. El martes 16 de enero del 1934 moría Rubén Martínez Villena. El testimonio de Gustavo Aldereguía sobre los últimos instantes de Villena y los sufrimientos de su enfermedad constituyen unas de las fuentes testimoniales más fidedignas y dramáticas que puedan recogerse al respecto, y que fue publicado en el periódico “Ahora” con el título “Rubén enfermo pulmonar”.

Al triunfo de la Revolución se le designa como Director General de la lucha antituberculosa. Asume todo el proceso para el estudio de la tuberculosis en la población cubana, su diagnóstico, tratamiento y erradicación.

Participó en innumerables congresos internacionales y realizó importantes publicaciones científicas como: Estudios de tuberculosis (II Tomos), Educación vocacional de los tuberculosos y La lucha antituberculosa en Cuba. Además, se desempeñó en el cargo de embajador de Cuba en la República Federativa de Yugoslavia.

En 1963 después de ocupar nuevamente la Dirección del Programa de Control de Tuberculosos del MINSAP, Aldereguía trabajo arduamente en la fundación del Instituto Mella del que fue presidente. Allí profundizó en la investigación y divulgación de la vida y obra de los predecesores del Moncada, etapa en que cae víctima de una mortal enfermedad que se prolongó por largo tiempo falleciendo el 8 de septiembre de 1970 a la edad de 75 años.

Su muerte conmovió a todo el país, en su sepelio estuvieron presentes miembros del Buró Político y el Comité Central del PCC, entre los que se destacan Blas Roca, Juan Marinello, Jesús Montané y el Ministro de Salud Pública Heliodoro Martínez Junco, entre otros. La despedida de duelo fue pronunciada por el Doctor Carlos Rafael Rodríguez quien expresó: “No ha habido episodio revolucionario en los últimos 50 años en que no estuviera presente Gustavo Aldereguía”.

En Honor a su destacada trayectoria profesional, política, y revolucionaria el Hospital Provincial de la ciudad de Cienfuegos, inaugurado el 23 de marzo de 1979 por el Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz, lleva su nombre. (Con información de Ecured y del periódico 5 de septiembre).