Por: José Rafael Gómez Reguera
La compleja situación epidemiológica que vive Cuba demanda incrementar la información al pueblo, y en ese sentido, mucho se agradece en Trinidad la reaparición de equipos para amplificar la señal radial en puntos estratégicos de la ciudad. CUBA ANTE LA COVID-19 (I) (II) (III) (IV) (V) (VI) (VII) (VIII) (IX)
El restaurante Punta Brava parece haber sido el pionero en colocar un bafle capaz de irradiar programas y demás espacios noticiosos hacia áreas aledañas, donde suelen concentrarse muchas personas a fin de comprar productos que se expenden en las cercanías, o acceder a algunos servicios técnicos. Por allí están un punto de venta aledaño al restaurante, una Casa de cambio de moneda (CADECA), una carnicería, el mercado La Caoba y su área de cárnicos, además de una barbería-peluquería y otros negocios del sector no estatal.
Punta Brava, como es conocido, es una zona de circulación desde y hacia el Hospital General de Trinidad y su área pediátrica, y muchas personas se encuentran, aunque sea momentáneamente, en esa céntrica intersección de las calles Antonio Maceo (Gutiérrez) y Camilo Cienfuegos (Santo Domingo), y a consecuencia del intenso tráfico vehicular, es necesario tomarse un tiempo antes de proseguir camino.
Loable empeño informativo debiera concentrarse en el horario comprendido entre las siete de la mañana y las tres de la tarde, cuando transmite Radio Trinidad, pues resulta obvio que el grueso de las informaciones vinculadas con la actual pandemia y otras de facilitación social son transmitidas por esta planta.
Sin embargo, no pocas veces sucede que lo amplificado por esos medios, está ajeno a la emisora local, al escucharse indistintamente Radio Sancti Spíritus, Radio Rebelde y hasta TeleSur, en detrimento de lo que está aconteciendo en la Ciudad Museo del Caribe y sus alrededores. No es que cuanto se diga por estos medios sea irrelevante, pero el acontecer trinitario siempre debe ser lo primario. Una vez finalizadas las transmisiones de la emisora municipal, las opciones pueden ser tras siempre que se apunte hacia la información.
Se echa de menos, en estos días, otro punto que funcionó con estos fines en los ventanales de la pizzería Tosca, pues en sus inmediaciones (otra área de alto tránsito vehicular y de personas, en la intersección de las calles José Martí (Jesús María) y la propia Camilo Cienfuegos (Santo Domingo), se encuentran el Banco Financiero Internacional, una bodega, un mercado de productos industriales, la taberna Guanahuac de la Oficina del Conservador, la otra CADECA trinitaria, un punto de arreglar celulares y otro de venta de artesanías y hasta de impresión, fotocopia y plasticado de documentos.
La salida periódica de un carro altoparlante, aconsejando a la ciudadanía sobre la necesidad de extremar medidas higiénico-sanitarias, vale tanto como la colocación de carteles informativos para exigir el uso del nasobuco antes de acceder a los establecimientos comerciales y desinfectarse en los pasos podálicos, dar a conocer la venta de productos de alta demanda, ahora controlados por la libreta de abastecimientos a fin de evitar aglomeraciones y evitar acaparamientos y su posterior reventa, o cambios de horarios en la apertura y cierre de los establecimientos estatales.
Es la información un bien preciado que no nos puede faltar, y como siempre, se agradece hacerse eco de las informaciones oficiales y desechar cuanto contamine y en vez crear confianza, produzca pánico, en una etapa en la cual el esfuerzo mancomunado de todos debe conducir al país hacia la eliminación de estos rebrotes del SARS-CoV-2.