Fuertes lluvias caracterizaron esta tarde dominical en la ciudad de Trinidad, territorio donde en los últimos días solo se habían producido muy ligeras y casi imperceptibles precipitaciones.
Las lluvias, beneficiosas para todo el sector agropecuario, tanto urbano como rural, y provechosas para acrecentar las fuentes subterráneas, también son muy apreciadas por la población, en general, por su poder de limpiar las calles y espacios públicos de la Tercera Villa cubana en estos tiempos de rebrote de la COVID-19.
Acompañadas de algunas tormentas eléctricas, las lluvias se sucedieron en buena parte de esta tarde con inusitada fuerza, y los lugareños apreciaron con asombro cómo las calles de la ciudad se convertían, en un abrir y cerrar de ojos, en verdaderos ríos, dada la característica de la topografía de Trinidad.
Ubicada en una colina que va descendiendo, y con calles y callejuelas cuyo empedrado se hace cóncavo al centro, Trinidad tiene la característica de que sus vías son intransitables cuando llueve fuerte, incluso las que no están, precisamente, ubicadas en el Centro Histórico.
Entre esas amplias calles con fuertes corrientes, más bien de norte a sur, la mayoría hacia el centro, están Colón, San Procopio, Santo Domingo, Desengaño y Boca, en tanto otras transversales como Jesús María y Gutiérrez no acumulan menos agua, aunque esta última, en su segmento que corre hacia abajo, rumbo al Hospital General, por estar asfaltada y no empedrada, se llena de agua de un extremo a otro.
En esta zona, conectada a los desagües que corren junto al nosocomio, muchas veces es necesario emplear fuerzas de los Servicios Comunales para destruir tragantes y eliminar los sedimentos de la propia vía pública.
El Instituto de Meteorología de Cuba había pronosticado que estaría “parcialmente nublado (…) con algunos chubascos, lluvias y tormentas eléctricas, (…) numerosos en la región central, incluso fuertes en algunas localidades”. (JRGR)