Por: Rafael Novoa Pupo
Cuba, junto a Brasil, Argentina y México, fue de los primeros países de América Latina en introducir la televisión a partir de su inauguración oficial el 24 de octubre de 1950, aun cuando desde el 12 de octubre comenzó el periodo de transmisión de prueba con vistas fijas y entrevistas, que se mantuvieron hasta el día de la inauguración en el Palacio Presidencial, actual Museo de la Revolución.
La ceremonia fue transmitida por una unidad móvil de control remoto que envió la señal a la planta, y de ahí a los receptores de TV ya existentes en la ciudad de La Habana.
Como antesala, el primer control remoto televisivo realizado en Cuba, se produjo en diciembre de 1946, durante la demostración televisiva organizada por María de los Ángeles Santana y Julio Vega, donde la señal televisiva en circuito cerrado, enlazo dos sitios ubicados en diferentes municipios, de la capital habanera.
Años después, mucho antes de comenzar la emisión regular de programación televisiva, Gaspar Pumarejo prometió a los cubanos que presenciarían en la pequeña pantalla de sus hogares las famosas series de béisbol de la época.
Ese fue el argumento que justificó la premura en la organización y operación de Unión Radio Televisión, Canal 4, la precursora que una vez que estabilizó su operación regular, se propuso difundir, especialmente, los espectáculos deportivos, devenidos motor impulsor que eludió la carencia de estudios especializados, el proceso de aprendizaje del trabajo televisivo, y el desempeño artístico en áreas improvisadas carentes de las exigencias profesionales elementales, y las exigencias propias de la difusión directa al aire.
En un inicio, al inaugurarse la televisión en la Isla, al igual que sucedía con la radio, su contenido era netamente comercial, pues su principal función era la propaganda de las grandes firmas jaboneras, cigarreras, y financieras.
A fines de la década de 1950, la televisión comercial cubría una cuarta parte del territorio nacional, incluida las seis capitales provinciales de entonces, y se calculaba que había 150 000 televisores en blanco y negro. Para ello contaba con una cadena de microondas en la banda de 6 GHz, capaz de transmitir simultáneamente dos canales de video de la ciudad de La Habana a la de Camagüey. Ella permitía llevar satisfactoriamente dos programas de televisión hasta unos 500km de distancia de la capital.
En septiembre de 1957 se inaugura un sistema de radiocomunicación de banda ancha entre Cuba y Estados Unidos, que incluía un enlace por dispersión troposférica de alrededor de 300 km sobre el mar. Es de destacar que en ese año cuando alrededor de 50 países tenían televisión, ya Cuba la poseía hacía 7 años. El 18 de diciembre de ese mismo año salió al aire el Canal 6 de Goar Mestre, que ofrecía un programa escrito por Marcos Behemaras y protagonizado por Alejandro Lugo.
Ya para 1958, el país contaba con 25 transmisores de televisión con una potencia de 150,5 kW, emplazados en La Habana, Matanzas, Santa Clara, Ciego de Ávila, Camagüey, Holguín, y Santiago de Cuba.
Los capitalistas cubanos mediante inversiones propias y con ayuda y financiamiento norteamericanos, participaron en la adquisición de plantas de televisión, lo que convirtió a la nación en el de mayor número de emisoras de televisión por millar de habitantes, en toda América Latina.
Por supuesto era un servicio privado con intereses comerciales, de modo que en 1959 la televisión transmitía de 5 y media a 6 horas por los canales 4 y 2 con un 10.25% de información, un 6.72% de educativa, y otras misceláneas como charlas religiosas, cocina, programas de belleza, etc.
A partir del 1ro de enero de 1959 hasta 1962, la radio y la televisión recorren un corto espacio de tránsito, caracterizado por el paso de los medios de propiedad privada a la propiedad estatal, condicionado por todas las transformaciones sociales que trajo el triunfo de la Revolución.
Actualmente, la televisión cubana está estructurada a partir de 4 canales nacionales: Cubavisión (Canal 6), Tele Rebelde (Canal 2), Canal Educativo, y Canal Educativo 2. Estos últimos se encuentran equipados con tecnología digital y ofrecen una programación didáctica y cultural dedicada a todos los sectores de la población.
Por otra parte, los distintos telecentros provinciales enfocan su programación básicamente a la información y la cultura de sus propios territorios, aunque algunos de ellos poseen espacios fijos en la parrilla de la programación nacional.
En el 2007 fue creado un nuevo canal denominado Multivisión, el cual, aunque no abarca más del 50 % del territorio nacional se encuentra presente en todas las provincias del país. El 70% y el 78% del total de emisiones televisivas en la isla, responden a la programación de la producción nacional, para lo que la televisión cuenta actualmente, con alrededor de 5.212 trabajadores, en todo el país. (Con información de Cubadebate y Ecured).