Toma de Guáimaro por Calixto García, gran victoria mambisa

Toma de Guáimaro. Foto: ACN

Por: Rafael Novoa Pupo

El General español Adolfo Jiménez Castellanos, jefe de las fuerzas colonialistas en Camagüey, recibió una carta fechada el 29 de octubre de 1896 firmada por el coronel del Ejército Libertador Mario García Menocal, que le trastocó su sombrío estado de ánimo por haber perdido el pueblo de Guáimaro, fuertemente defendido por sus tropas, y lo llevó a un sentimiento de asombro ante la inesperada propuesta, del jefe insurrecto.

En la misiva se le proponía que, por orden del Mayor General Calixto García, Jefe del Departamento Militar de Oriente, y respetando las leyes de neutralidad, enviara una comisión para recoger los soldados heridos y enfermos tomados prisioneros en el Hospital de Sangre de las fuerzas que defendían Guáimaro».

De esa forma fueron entregados a las filas hispanas 22 enfermos y heridos, cinco sanitarios, y cuatro empleados civiles.

Jiménez Castellanos sabía muy bien que las órdenes de su mando, no tenían piedad con los heridos, los enfermos y hasta con las mujeres cubanas encargadas de la atención a los pacientes en la manigua, quienes, por regla general, eran ultimadas a sangre fría a pesar del supuesto sentimiento católico del que tanto alardeaban en las misas que oficiaban los capellanes militares.

La victoria que haría posible esa lección moral del Ejército Libertador, comenzó a gestarse en el encuentro entre el Generalísimo Máximo Gómez y el General Calixto García en San Antonio de Blanquizal el 13 de octubre, donde trazaron un plan de operaciones para batir las tropas españolas en las zonas estratégicas de los pueblos de Guáimaro y Cascorro.

Calixto García. Foto: archivo Radio Trinidad.

El Generalísimo, encargó al General García Íñiguez tomar Guáimaro, un punto fortificado con varios fuertes, y defendidos por centenares de soldados con abundante parque y abastecimientos, pero que a su vez tenía una alta significación patriótica para los cubanos, por haber sido sede de la proclamación de la primera Constitución de la República en Armas.

Fue así que las tropas mambisas cercaron ese poblado camagüeyano el 17 de octubre de 1896, y fueron tomando uno por uno, tras duros combates, los puntos de resistencia con la ayuda de los pobladores, quienes les revelaron al mando cubano informaciones sobre la organización y disposición de los defensores, que se rindieron el 28 de octubre.

«Tomé a Guáimaro. Acaba de rendirse el cuartel, después de haberlo hecho ayer y hoy todos los fuertes”, con ese parco mensaje el General de las Tres Guerras Calixto García, informó al Generalísimo Máximo Gómez, sobre la victoria de los insurrectos.

Para impedir que la localidad fuera fortificada nuevamente por el ejército peninsular, los habitantes y las tropas cubanas incendiaron el pueblo, que sufrió ese destino por segunda vez, pues en la Guerra de los 10 años, había sido reducido a cenizas por sus pobladores, ante el avance colonialista. (Con información de Cubadebate y Ecured).