Por: Joaquín Gómez Serra
Los luchadores de las preselecciones cubanas, rama femenina y masculina, que durante cerca de dos meses realizaron entrenamientos en el Polideportivo Yayabo regresaron a la Escuela Superior de Formación de Atletas de Alto Rendimiento (Esfaar) Cerro Pelado, para continuar su preparación en el complejo contexto de la COVID-19.
Antes de su partida de Sancti Spíritus se les realizaron las 37 pruebas de PCR a los gladiadores, en una nómina donde sobresalen los clasificados olímpicos a Tokio 2021, Alejandro Valdés en 65 kilos, Geandry Garzón de los 74 y en 97, Reinieris Salas.
Bajo las orientaciones de Julio Mendieta también realizaron base de entrenamiento en la tierra del Yayabo Yowlys Bonne, Alexei Álvarez, Franklin Marén, Lázaro Hernández y los espirituanos Cristian Solenzal y Yonger Bastida.
Con la ilusión puesta en la cita de los cinco aros partieron también para la capital de todos los cubanos el espirituano Reinieris Andreu y Yurieski Torreblanca, quienes entrenan empeñados en superar las derrotas que les impidieron acariciar la venidera cita estival.
Tanto Andreu como Torreblanca tienen la opción de ganar el cupo a los Juegos Olímpicos cuando asistan en abril del venidero año a Bulgaria, donde se realizará el clasificatorio mundial, que concederá los últimos pasajes a tierras niponas.
La sensibilidad y el apoyo por parte de trabajadores y directivos del deporte, y de las autoridades políticas y del INDER de Sancti Spíritus, para que la preparación de las preselecciones nacionales de lucha masculina y femenina pudieran avanzar conforme a lo previsto, fueron reconocidas en un mitin de despedida que se realizó en el Polideportivo Yayabo por Julio Mendieta y Filiberto Delgado, directores técnicos del deporte de las llaves y los agarres en Cuba.
Los luchadores del estilo libre, rama masculina, a los que se incorporaron desde tierra avileña las 11 muchachas, tras el agudo rebrote de COVID 19 que sufrió esa provincia, elogiaron el apoyo de la provincia a sus entrenamientos, los cuales transcurrieron bajo seguras condiciones desde el punto de vista sanitario.
La base de entrenamiento de ambas preselecciones cubanas en Sancti Spíritus fue la continuidad a aquel programa iniciado el 31 de agosto, con énfasis en alternativas o ejercicios relacionados con el trabajo aerobio y la fuerza máxima, para avanzar gradualmente hacia asuntos técnicos de mayor complejidad.