Por: Ana Martha Panadés Rodríguez
Beatríz Sotolongo apenas pegó un ojo. Tras haber tomado todas las previsiones en casa aguardó entre sobresaltos el viento y las fuertes lluvias asociadas a la tormenta tropical Eta, que “decidió” en el último minuto desplazarse un poco más al noreste y dejar a un lado al municipio espirituano de Trinidad, donde no se descarta la ocurrencia de precipitaciones, pero no ya con tanta intensidad.
Ni siquiera en el macizo montañoso del territorio se sintieron los embates del fenómeno hidrometeorológico; en Topes de Collantes se reportaron apenas 12 milímetros de precipitaciones y 23 en la cabecera municipal, que apenas “mojaron” a los trinitarios y si resultan beneficiosas para la actividad agrícola, en plena campaña de siembra de frío y la cosecha de cultivos como el maíz, el plátano y la yuca.
Como señal inequívoca de la lejanía de Eta, el sol ilumina la ciudad en la jornada de este domingo, aunque no se deben descuidar las medidas adoptadas por el Consejo de Defensa Municipal que previó la evacuación de más de dos mil personas protegidas, sobre todo en casas de familiares y vecinos con el noble propósito de salvaguardar la vida humana.
En el poblado costero de Casilda y que estuvo en la posible trayectoria de la tormenta tropical, los vecinos retoman sus actividades cotidianas; esta vez no habrá anécdotas para contar sobre la altura de las olas o “el brazo de mar” que llega desde la ciudad e incomunica a esta comunidad de pescadores,enclave también del único puerto en territorio espirituano.
El presidente del Consejo de Defensa Municipal, Denis Díaz Peláez, confirmaba la ausencia de afectaciones en viviendas o establecimientos estatales, ni tampoco en el servicio eléctrico; mientras en todo el litoral costero el mar permanece en calma, aunque las instalaciones turísticas mantienen a buen resguardo todos sus recursos.