Por: Rafael Novoa Pupo
Carlos Rafael Rodríguez Rodríguez, fue un gran orador cubano. De voz grave era un difícil contrario en una discusión o en un debate. Poseía una cultura universal, y era capaz de analizar profundamente un tema donde exponía sus criterios con juicios convincentes.
Era un hombre elegante en el vestir y delicado en sus gestos y modales. También le molestaba lo grosero y lo chabacano. Como buen cubano, tenía un gran sentido del humor, y una envidiable agilidad mental.
Fue amante de la lectura, la música y le gustaban los deportes como la pelota, la natación y la pesca; pero sobre todo disfrutaba de buen juego de dominó.
Carlos Rafael Rodríguez, nació en Cienfuegos el día 23 de mayo del año 1913. A la edad de 18 años comenzó a hacer suyas las ideas comunistas, leyendo a Lenin y a otros clásicos marxistas.
Pasó sus años de estudios primarios en su ciudad natal, en el colegio Montserrat perteneciente a la Orden de los Jesuitas, y sus estudios secundarios en una escuela perteneciente a los Hermanos Maristas.
Al ingresar en la Universidad de La Habana, terminó en cuatro años los estudios de Derecho y de Ciencias Políticas, Sociales y Económicas, siendo el primer expediente de su curso con calificaciones de sobresaliente en todas las asignaturas, por lo que recibió el Premio González Lanusa in Memorian, al mejor estudiante de Derecho.
En 1931, integrando el Directorio Estudiantil en Cienfuegos, sufrió su primera prisión durante la lucha contra Gerardo Machado. Formó parte del triunvirato que ocupó la alcaldía de Cienfuegos, al ser depuesto como Presidente de la República Carlos Manuel de Céspedes, tras los hechos del 4 de septiembre de 1933.
En 1935 ingresó formalmente en el Partido Comunista, del cual llegó a convertirse en uno de sus dirigentes más connotados.
En 1956, desde la más profunda clandestinidad y a través de la también clandestina revista Mensajes, Carlos Rafael Rodríguez, dando muestras de una intuición política, publicó un artículo donde proponía las vías a través de las cuales se podía frustrar la pretensión del Norte y llegar a lo universal sin perder el carácter propio.
Su accionar después del triunfo de la Revolución fue diverso y fecundo. En 1959 fue nombrado director del Periódico Hoy. En 1961 es fundador y primer director de la Escuela de Economía de la Universidad de La Habana, que le otorgó en 1983 el título de Doctor Honoris Causa.
En 1962 fue designado Presidente del Instituto Nacional de Reforma Agraria, y en 1965 como miembro de la Dirección Nacional del Partido Unido de la Revolución Socialista.
En 1967 fue nombrado Presidente de la Comisión Nacional de Colaboración Económica y Científico-técnica asumiendo conjuntamente esta actividad con la de Representante de Cuba ante el Consejo de Ayuda Mutua Económica (CAME), a partir de su ingreso en 1972.
En el Primer Congreso del Partido en diciembre de 1975, fue elegido miembro del Comité Central e integró su Buró Político.
Además, fue miembro de la Asamblea Nacional del Poder Popular, electo por Cienfuegos desde su creación en 1976.
Debido a su experiencia y capacidad, en 1976 fue designado Vicepresidente de los Consejos de Estado y de Ministros atendiendo el Sector Exterior conformado por los Ministerios de Relaciones Exteriores, el Comité Estatal de Colaboración Económica, el Banco Nacional de Cuba y la Secretaría para Asuntos del CAME.
El trabajo de Carlos Rafael estuvo enfilado hacia las polémicas surgidas en las diferentes ramas de la económica, la política y la filosofía en el proceso revolucionario cubano, en otras palabras, preparaba a cada trabajador con argumentos necesarios para defender la obra de la Revolución.
Carlos Rafael no fue solo un estudioso y divulgador de la obra de los clásicos del marxismo, fue un constante previsor de los peligros, que provenían del norte revuelto y brutal.
Fue también Carlos Rafael Rodríguez el pionero de nuestros economistas en plantear el desarrollo como un proceso tendente a incrementar el bienestar de la comunidad, mediante el establecimiento de actividades económicas y socioculturales utilizando de forma racional y sostenible los propios recursos humanos y materiales.
En mayo de 1997 recibió la Orden Nacional José Martí que otorga el Consejo de Estado y de Ministro, impuesta por el líder de la Revolución cubana Fidel Castro Ruz,. Ese mismo año, el 8 de diciembre falleció aquel hombre ejemplar, al que Armando Hart calificó como: “uno de los grandes humanistas cubanos del siglo xx”. (Con información de Cubadebate y Ecured).