Por: Rafael Novoa Pupo
Enrique Jorrín Oleaga fue Maestro, fundador, director, orquestador y violinista de la Orquesta “Enrique Jorrín”. Compositor musical, y creador del Chachachá. Es considerado como un artista de gran aporte a la historia musical de Cuba, con más de cuarenta años de vida. Su ritmo y sonido, se mantienen llenos de vida y energía.
Nació en Candelaria, Pinar del Río, Cuba, el 25 de diciembre de 1926. Su padre participó en la Segunda Guerra Mundial, como soldado del Ejército Norteamericano, y muere en combate; era sastre y clarinetista de orquestas populares.
Desde muy pequeño se dedicó al estudio de la música. A los 11 años de edad creó e interpretó con la agrupación “Selección”, de la Habana Vieja, su primer danzón titulado Hilda; posteriormente integró otras agrupaciones donde se significaron: “Arcaño y sus Maravillas” y la Orquesta “Ideal”, dirigida por Joseíto Valdés Catani.
A los 12 años escribió la parte del violín de uno de los danzones más significativos, y que aún forma parte del repertorio de la Orquesta Enrique Jorrín, “Osiris”, un clásico de la música cubana.
Inicialmente fue violinista de la orquesta del Instituto Nacional de la Música, bajo la dirección de González Mántici. En 1941 ingresó en la orquesta danzonera Hermanos Contreras, donde se adentró en el cultivo de la música popular. Luego pasó a la orquesta de Arcaño y sus maravillas.
Estando en la orquesta América en los inicios de la década del cincuenta, creó la nueva forma musical bailable denominada Chachachá. De 1954 a 1958, permaneció en México. En 1964 realizó una gira por África y Europa.
Entre sus composiciones se destacan danzones como Hilda, Liceo del Pilar, Central Constancia; de su período de transición se destacan Unión Cienfueguera, Doña Olga, Silver Star. De la época del chachachá a partir de 1951 logran mayor vigencia La engañadora, El alardoso, El túnel, Nada para ti, Osiris y Me muero.
No sólo al maestro Jorrín, se deben inolvidables chachachás: el flautista Richard Egües compuso otro famosísimo: «El Bodeguero»; de igual modo Rosendo Ruiz, compuso «Rico Vacilón. Fue así que el Chachachá tornó la mirada de los bailadores nuevamente hacia los ritmos nacionales, asediados por la presencia de la música norteamericana, en particular el rock de los años 50.
En 1954, Jorrín fundó la orquesta que llevó su nombre, y un año después partió hacia México con aquel ritmo que arrebató de igual forma en el continente, y que su creador denominó Chachachá por el sonido de los pasos de los bailadores al arrastrar los pies sobre el piso. Pese a los años transcurridos, el Chachachá no es género olvidado, ni en Cuba, ni en México, ni en otras latitudes.
Cuando se celebraron los 25 años de la aparición del Chachachá, el maestro Enrique Jorrín, recibió en México un disco de oro acreditativo de las ventas de sus números más exitosos.
Enrique Jorrín Oleaga, falleció a los 60 años el 12 de diciembre de 1987, privando a la música cubana de uno de sus compositores más notables. (Con información de Son Cubano y Ecured).