Por: Ana Martha Panadés Rodríguez
La segunda colección de Hilos de identidad, el homenaje que la artista de la plástica Yudit Vidal Faife dedica a la artesanía, fue concebida y ve la luz en tiempos de pandemia. Pero, aun así, el público que la aplaude siempre, asistió a la inauguración de la muestra de fotografía en lienzo en la galería Benito Ortíz de Trinidad.
Desde nuevos códigos simbólicos como el recogimiento, la mesura, la soledad y hasta un sentimiento de pérdida, la nueva propuesta estética invita a un diálogo íntimo con lo que somos y a lo que aspiramos a través de un discurso que trasciende el universo del tejido y asoma en los tonos blanco, negro y sepia.
La muestra da continuidad a la idea de resaltar a través de la fotografía los detalles de la obra artesanal y cautiva al espectador incapaz de reconocer el origen de ese universo diminuto expuesto; he ahí entonces uno de sus méritos: ofrecernos la posibilidad de entender y apreciar la delicadeza del trabajo, la maestría de esas manos artesanas, madres de las piezas originales e integrantes del proyecto Entre hilos, alas y pinceles.
Y en este proceso creativo asombra la selección minuciosa de lo que cobra vida en el lienzo cuando la imagen queda atrapada en el lente; los trazos de la artista, a veces imperceptibles, refuerzan ideas y sentimientos: El beso detenido, Encrucijada, Puntos de encuentro, Resistencia, recalcan la reacción de la artista ante la incertidumbre provocada por el nuevo coronavirus.
A la apertura de la muestra asistió el destacado músico y compositor José María Vitier y la soprano Bárbara Llanes, quien deleitó al público con la interpretación del Ave María. Se encontraban también los amigos, representantes de las instituciones que siempre le abren las puertas, como los museos, la Oficina del Conservador de la Ciudad y el Valle de los Ingenios, las autoridades del Partido y el Gobierno, artistas y artesanas. Sin dudas otro regalo de espiritualidad a la ciudad de Trinidad en su 507 aniversario.