Preparan rehabilitación de las playas de la Península de Ancón

La playa Ancón, en el sur espirituano, sobresale por sus atractivos naturales.
La playa Ancón, en el sur espirituano, sobresale por sus atractivos naturales.

Estas acciones se inscriben dentro de la Tarea Vida, plan de Estado para el enfrentamiento al cambio climático

En el contexto de las acciones de la Tarea Vida, plan de Estado para el enfrentamiento al cambio climático, se prepara la recuperación de las playas de la Península de Ancón, en Sancti Spíritus, programa nacional que no se ha paralizado, pese a la pandemia de la COVID-19.

Así lo anunció a la Agencia Cubana de Noticias el doctor en Ciencias Ernesto Tristá Barrera, director de la División Comercial de Ingeniería Costera de la empresa Inversiones Gamma S.A, quien destacó que las labores de rehabilitación continuarán hasta 2030 e involucran a los principales polos turísticos de Cuba, para la protección de las costas ante el impacto del cambio climático.

Específicamente, en la península espirituana, donde sobresalen las playas Ancón, La Boca y María Aguilar, está previsto un vasto programa constructivo que favorecerá el incremento de la infraestructura hotelera.

Tristá Barrera aseguró que su entidad ha aprovechado el decrecimiento de los bañistas para emprender trabajos con grandes equipos, y relacionó entre los proyectos ejecutados en el 2020 la playa artificial del sector Oasis en Varadero, donde se edifica un hotel de alto estándar, en tanto la orilla del mar estaba deteriorada con una erosión intensa.

El directivo expuso que en Varadero también se vertió arena durante los meses de abril, mayo y junio en la caleta de Plaza América, que acogería la Feria Internacional de Turismo, pospuesta por la pandemia del SARS-CoV-2.

Además de las playas localizadas en la Península de Ancón, se prepara la rehabilitación de las localizadas en cayo Largo del Sur, en el extremo oriental del archipiélago de Los Canarreos, y la de El Salado, en Artemisa.

Alrededor del 86 por ciento de las 505 playas existentes en Cuba evidencian procesos erosivos, manifestados en el afloramiento de rocas en la zona donde rompen las olas, así como en la afectación a la vegetación costera y a instalaciones rígidas construidas muy cerca de la línea de costa, entre otros daños. (Con información de la ACN).