Por: Juan Carlos Naranjo
“Nada podrá manchar lo que representa para los patriotas cubanos la vida y la obra de José Martí, encarnación de la Revolución y de las luchas emancipadoras contra el imperialismo”. Quien así se expresa es Luis Toledo Sande, investigador, escritor, periodista, profesor, estudioso de la obra del más universal de los cubanos.
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El Maestro es presente, futuro, por eso la humanidad lo necesita en las lides de estos tiempos. Y es que Martí convoca:
“Martí fue un hombre del futuro, fue un hombre de su tiempo y después un hombre de todos los tiempos. Un ser humano excepcional, extraordinario que de tanto penetrar en la realidad de su tiempo y de transformar esa realidad aportó un pensamiento que sigue siendo válido para hoy y para el futuro en cuyo centro está la honradez y la ética”.
El Doctor en Ciencias Filológicas Luis Toledo Sande advierte en el Apóstol de la Independencia al homagno generoso, definición exclusiva para el hombre de talla extra que se decidió por la estrella que ilumina y mata.
“Un ser humano de carne y hueso ,pero no un ser humano común, la clave está en darnos cuenta ,en ser capaces de aprehender, que Martí fue un ser humano extraordinario, que vivió a otra altura, no quiere decir que sea ajeno al resto de la humanidad, al contrario vivió en función del resto de la humanidad . Vivió a una altura que es imposible bajarlo“, subrayó Toledo Sande.
No vale entonces que unos traten de desvirtuar el pensamiento de Martí, acunarlo a intereses apátridas. Y es que el Héroe Nacional de Cuba fue transparente en sus ideas, firme en los principios, comprometido con la verdad.
“No hay maneras de acercarse a Martí sin que se logren ganancias, sin que uno salga enriquecido desde el punto de vista del conocimiento, desde el punto de vista del pensar y sobre todo desde el punto de vista de los valores éticos y desde el punto de vista del cultivo de la belleza que fueron consustanciales a Martí”.
Cada cubano tiene su propia historia con Martí: ponernos del lado de los que aman y fundan es andar, como él, con la paloma y la estrella en el corazón.
Blanche Zacharie de Baralt quien dio cobija al Apóstol en Estados Unidos, coincide con el crítico en reconocer el compromiso del Maestro con las nobles causas.
“Nadie enganchó su carro a una estrella con más firme propósito de alcanzar la meta, sean cuales fueren la altura y la dificultad del camino, que José Martí. Amó a Cuba, y la independencia de la patria fue la luz que guió e iluminó su vida. Muy diferente era su personalidad de la de muchos jefes hispanoamericanos; no tenía aire marcial, ni métodos dictatoriales, ni ambición desmedida.Inalterable en su determinación, era, no obstante, tierno hacia los hombres y fiel a su propia alma”.