Miguel de Carrión, destacado médico, pedagogo, periodista y narrador cubano

Por: Rafael Novoa Pupo

Miguel de Carrión de Cárdenas, nació en La Habana el 9 de abril de 1875.  Se graduó de bachiller en 1890, e ingresó en la Escuela de Derecho, pero debido a sus actividades revolucionarias tuvo que abandonarla al estallar la guerra de independencia en 1895, por lo que emigra a los Estados Unidos, y comienza su obra literaria.

Regresó a Cuba en 1903. Dos años después, formó parte de la Asociación de Biología y, en 1908, se graduó de médico e ingresó en la Sociedad de Estudios Clínicos de La Habana. A partir de 1913, prestó servicios en la Asociación Cubana de Beneficencia, hasta que, en 1917, ganó por oposición las cátedras de Educación Física, Juegos y Deportes, y de Anatomía, Fisiología e Higiene en la recién creada Escuela Normal de La Habana.

En 1903, fundó la revista especializada Cuba Pedagógica, en la que permaneció hasta abril de 1905. Creó, junto con Félix Callejas, la revista para niños La Edad de Oro (1904), de título homónimo al de la revista de José Martí. Su interés por las actividades periodísticas lo llevaron a colaborar en las publicaciones Azul y Rojo (de la que fue director, en 1904), El Fígaro, Cuba Contemporánea, Letras, Revista de Medicina y Cirugía, El Comercio, La Discusión, La Noche, La Lucha y Heraldo de Cuba.

Entre 1921 y 1922, trabajó directamente con el secretario de Instrucción Pública y Bellas Artes. En 1926, se le nombró director de la Escuela Normal y fue miembro fundador de la Academia Nacional de Artes y Letras.

La vocación pedagógica y sociológica de Miguel de Carrión se volcó sobre todo hacia la condición social de las mujeres. En ese sentido, también en la revista Cuba Pedagógica publicó textos encaminados a llamar la atención sobre costumbres retrógradas que mantenían a las mujeres como seres dependientes e ignorantes. Esta será, durante toda su obra narrativa, una de sus preocupaciones más frecuentes. Tanto en sus cuentos como en sus novelas, Carrión se caracterizó por un raigal anticlericalismo, una preocupación por los conflictos psicológicos y por el mundo íntimo de la mujer, así como por la reflexión en torno a la sexualidad y a su repercusión en la conducta de los hombres.

Desde su primer volumen de cuentos, titulado La última voluntad (1903), Miguel de Carrión comienza a concebir al género con características muy diferentes a la novela. Sin embargo, será con sus novelas que Carrión alcanzará un mayor éxito de público, llegará a sus mejores resultados narrativos para convertirse en uno de los representantes más importantes de la novelística naturalista cubana de principios del siglo XX.

En la novela El milagro (1913), donde todavía se perciben algunos elementos de la narrativa romántica, Carrión explora la pasión sexual que experimenta hacia su prima un joven que aspira a una carrera eclesiástica. Estas mismas preocupaciones y características aparecerán luego en una de sus novelas más connotadas, Las honradas (1917), la cual fue reeditada tan solo dos años después de su publicación primera, y luego nuevamente en 1920, a pesar de que algunos críticos recomendaron que se prohibiera su lectura a las mujeres.

Con Las impuras, de 1919, Carrión vuelve sobre el tema de la pureza femenina y de los confusos límites de la ética y la moralidad, pero esta vez desde una perspectiva más tradicional. Pensadas como continuación una de la otra, Las honradas y Las impuras comparten algunos personajes y espacios, aunque la primera se desarrolla durante los primeros años de la República y la segunda más adelante, durante la Danza de los Millones. Por otra parte, si la primera estaba protagonizada por ambientes y personajes de la clase media, en la segunda la atención se centrará en los bajos fondos de la sociedad, es decir, en el mundo de vicio y en los barrios más marginados.

La última obra narrativa de Carrión, La esfinge, apareció entre sus papeles inéditos y fue publicada póstumamente en 1961. Aunque se trata de una obra que repite intereses del autor, llama la atención que, en este caso, la historia es menos transgresora que sus primeras novelas, y mucho más pesimista en cuanto a las posibilidades de emancipación de la mujer.

Tuvo una abundante labor periodística, científica y pedagógica. Dentro del campo de su profesión médica publicó «Los cálculos renales y su diagnóstico». Fue profesor y posteriormente director de la Escuela Normal, y miembro de la Academia Nacional de Artes y Letras.

Miguel de Carrión, médico, pedagogo, periodista y narrador cubano, falleció en La Habana el 30 de julio de 1929. (Con información de Revista Bohemia y Ecured.)