Por: Rafael Novoa Pupo
Después del colapso de la Guerra de los Diez años, iniciada el 10 de octubre por Carlos Manuel de Céspedes en la Demajagua, sobrevino en Cuba una tregua de preparación revolucionaria con varias irrupciones de rebeldía frustradas.
Estudioso como pocos de la Guerra de los Diez Años, y las causas de su fracaso, José Martí fue capaz de captar como nadie que el enemigo más peligroso de los cubanos, era la falta de unidad.
Uno tras uno, los intentos por reiniciar la lucha independentista en Cuba fracasaban; la tarea era bien difícil para lograr nuevas formas de organización que agruparan a los patriotas de siempre con la sangre joven, y preparar con éxito una lucha armada que garantizara la continuidad del proceso revolucionario cubano, y le diera a la isla su tan anhelada independencia.
Martí al referirse a esto, lo llamó un complicadísimo problema político que requería de un plan vasto y seguro. El Apóstol con una increíble paciencia y una inagotable fe, fue haciendo contacto con los principales jefes de la guerra del 68, y comenzó a organizar la emigración de forma magistral, creando clubes revolucionarios que el Maestro fue unificando y fortaleciendo, en pos de un objetivo común, reiniciar la lucha en Cuba.
Era impostergable la creación de un espacio político que agrupara a todos los cubanos en su lucha por la independencia de la Isla, sin importar la edad, raza, sexo, nacionalidad o posición social.
Para Martí quedaba claro que la organización política de la guerra debía contar con el apoyo total de todos los implicados para asegurar la unidad de criterios, y el apoyo de los principales jefes de la justa anterior.
Esta nueva organización, debía pulverizar las antagónicas contradicciones entre lo civil y lo militar, los criterios de los cubanos de la Isla y el exilio, y el de los patriotas veteranos y los pinos nuevos.
El 10 de abril de 1892 José Martí Pérez fundó el Partido Revolucionario Cubano (PRC), máxima expresión de su genialidad política, y donde elevó a lo más alto su condición innata de dirigente revolucionario.
Organizado impecablemente, el PRC fue creado para garantizar la organización de la guerra, y logra con ella la independencia definitiva de Cuba y contribuir a la de la hermana isla de Puerto Rico, que para pesar de su pueblo, es neocolonia de Estados Unidos.
También, con la inigualable visión que lo caracterizaba, Martí quería preparar una guerra rápida y segura que garantizara una paz firme y estable en una República independiente y democrática.
El Partido Revolucionario Cubano creado por el Apóstol de la independencia, no era una organización política más, sino que constituía una agrupación pluriclasista y político-militar.
La guerra de liberación Nacional organizada por el PRC, tenía un carácter antioligárquico y antiimperialista, y traía consigo las condiciones para asegurar la permanencia de una república democrática.
Su creación fue trascendental, y se llegó a ella a través de una forma de organización superior a la de etapas anteriores. El Partido como clase dirigente de la guerra, aseguraba así, un mando único.
El Partido agrupaba a todos los revolucionarios, y escalonadamente contaba con una dirección central para el logro de sus objetivos.
Sus Bases y Estatutos secretos planificados magistralmente hacen del Partido Revolucionario Cubano fundado por Martí, una joya genial de la historia de Cuba.
Con los años, la vida le dio la razón al Maestro, la guerra que él preparó y que comenzó el 24 de febrero de1895 fue un éxito, y si no logró la total independencia de Cuba, fue por otro de los peligros advertidos por Martí, y que se hizo realidad, la intervención norteamericana.
El sueño martiano se cumplió, Cuba es hoy una República Democrática Libre e Independiente con todos y para el bien de todos.
Su Partido Revolucionario Cubano, trazó el camino a seguir y es precisamente el Partido quien dirige con acierto infinito los pasos de la Invencible Revolución cubana. (Con información de Radio Cadena Agramonte, José Martí: Vida y Obra y Ecured).