Por: Juan Carlos Naranjo
Los más cercanos al músico aseguraban que El golpe de bibijagua y Tingo talango eran las composiciones de su repertorio que más le gustaban de las tantas que escribió: “Hay una que a mí me gusta mucho, que la gente no la conoce tanto. Fue la que Rita Montaner le cantó cuando apenas empezaba y se llamó Ladrón de gallinas.”
Así lo asegura Enrique Zayas Bringas, investigador de la música cubana, quien reconoce la trascendencia de Julio Cueva Díaz músico y compositor trinitario que emergió de la humildad para prestigiar el pentagrama de la isla.
“Julio hizo una orquesta típica en Trinidad e hizo las composiciones de danzón y esas las cantaba un músico que él tuvo que se llamaba Juan Trocones, trinitario también. Esos danzones después los convirtió en sones, entre ellos El golpe de bibijagua,”explica el intelectual.
“Contó con los mejores pianistas que tuvo Cuba, entre ellos Bebo Valdés, el padre de Chucho Valdés, Eliseo Grenet y René Hernández, que se impuso en el jazz en Estados Unidos.”
Julio Bartolomé Cueva Díaz nació el 12 de abril de 1897en Trinidad en el seno de una familia humilde que hizo cuanto pudo para encaminar al hijo ilusionadocon la llegada a la urbe de una banda infantil cienfueguera, que tocaba en las procesiones de Semana Santa.Es el incentivo que lo lleva a la Escuela Municipal de Música de la ciudad.
Posteriormente se integra a la orquesta típica de su tío abuelo Bartolo Vidal, hasta que en 1915 se presenta a exámenes para optar por una plaza de cornetín solista, en la Banda Municipal de Santa Clara.
Esa es la génesis del artista que conquistó el éxito en la capital, regó su talento por el mundo con la Compañía de Arquímedes Pous, y se estableció en Francia como trompeta de la orquesta de Justo Azpiazu.
Era íntimo amigo de Nicolás Guillén con quien compartió en París junto al gran novelista Alejo Carpentier.El laureado escritor, Premio Cervantes lo inmortalizó en su novela La consagración de la primavera con el personaje de Gaspar Blanco. De él había dicho, “Julio Cueva, uno de los mejores trompetas que andan por el mundo, ataca notas agudísimas, marcando el ritmo con el cuerpo entero.”
El investigador Enrique Zayas Bringas, Premio Único de las Artes 2019, siente el orgullo de compartir el terruño con Julio Cueva Díaz, el músico excepcional que se incorporó a la Guerra Civil Española y obtuvo el grado de Capitán de la Banda de Música de la 46 División del Ejército de la República:
“Uno de los más grande músicos que ha dado Cuba, lo demostró en Europa y dondequiera que se presentaba, lo mismo tocaba jazz, que tocaba sones y en fin de todo.”
Excepcional músico y compositor fue Julio Cueva Díaz.