A 68 años de colocado el busto de José Martí en el Pico Turquino

Por: Rafael Novoa Pupo

El Pico Turquino es el punto de mayor altitud de la isla de Cuba, con 1974 metros sobre el nivel de mar, está situado en el extremo occidental del municipio Guamá de la provincia de Santiago de Cuba. Allí fue ubicado en el Año del Centenario del natalicio de José Martí el 21 de mayo de 1953 un busto del apóstol de la independencia, a cien años de su natalicio, como propuesta de la joven maestra, Emérita Segredo Carreño, integrante de la Asociación de Antiguos Alumnos del Seminario Martiano y quién años más tarde, expresara: “Cuba coloca al Apóstol en su lugar más alto, materialmente, y en lo moral señala que desde allí se encontrará siempre vigilante, como un faro de luz vivísima y ejemplar, para que señale el buen camino a las generaciones de cubanos”.

Gonzalo de Quesada y Miranda, quien era el director de la Fragua Martiana, y presidía la Asociación, acogió y apoyó la iniciativa. Para ello contactó con la escultora Jilma Madera y le pidió que hiciera un busto idéntico al que había donado ella a esa institución, y que se exhibía en uno de sus salones.

La ejecución del proyecto, recibió cooperación técnica del Instituto Nacional de Arqueología (INA), que presidía Roberto Pérez de Acevedo, y del padre de Celia Sánchez Manduley, el doctor Manuel Sánchez Silveira, quien era delegado del Instituto Nacional de Arqueología en Oriente.

El busto de cara al sol y en lo alto del Turquino, es una copia a escala menor del que se inauguró el 28 de enero de 1952 en la Fragua Martiana, y que María Matilla, la niña querida del Apóstol, dijo que era el más parecido de todos al rostro del Martí que ella recordaba, al visitar La Habana con 73 años el 29 de enero de 1953, con motivo de los festejos por el centenario del maestro.

En un ómnibus de la línea Santiago-Habana, partió el grupo martiano el 17 de mayo. Llegaron a Santiago de Cuba al día siguiente y en la mañana del 19, aniversario de la caída del Maestro, el grupo martiano realizó una guardia de honor en el Mausoleo de Santa Ifigenia que custodia sus restos. Allí se les unió la compañera Celia Sánchez Manduley quien tenía a su cargo filmar el histórico hecho, y tomar fotografías. En la ceremonia entre otros oradores, habló Gonzalo de Quesada y Miranda, Investigador y estudioso de la vida de Martí.

Esa misma mañana del 19 de mayo, salieron desde la bahía de Santiago rumbo a Ocujal del Turquino la goleta Glenda, guiada por Francisco Fernández Ruz, y la lancha La Berta, por Teófilo González Mantilla. Ambas, navegaron 52 millas náuticas, unos 109 kilómetros de haberlo hecho por tierra. A las nueve horas de travesía, desembarcaron en Bella Pluma, y pernoctaron en el Aserradero, cuyo administrador, Antonio Moreno, le había preparado condiciones. A las 7 de la mañana del 20 de mayo, en un camión del Aserradero, partieron hacia Arroyo Naranjo, donde poco después llegaron a Altos de Babiney, a 3 700 pies de altura.

En parihuelas 12 hombres trasladaron hasta el Pico Turquino el cemento, el agua y el busto de 163 libras, desafiando los peligrosos caminos de la Sierra. Al frente de la expedición fue el doctor Sánchez Silveira, y la integraban su hija Celia Sánchez Manduley; la escultora Jilma Madera; y las hermanas Emérita y Cila Segredo Carreño.

En el Pico Real de Turquino, a 1 974 metros sobre el nivel del mar, aquella mañana del 21 de mayo de 1953 hicieron la base del monumento, colocaron la tarja, izaron la bandera cubana y develaron el busto de José Martí. Un histórico lugar devenido en estos 68 años en sitio de peregrinación y homenaje al Héroe Nacional. (Con información de Periódico Vanguardia y Ecured).