Por: Ana Martha Panadés Rodríguez
Los cubanos y cubanas recordamos el 14 de junio una fecha de coincidencias históricas y hondo sentido patriótico. Ese día, quiso la historia, hacer coincidir el natalicio de dos grandes hombres. Por su talento y rebeldía Antonio Maceo Grajales y Ernesto Guevara de la Serna se igualan en el tiempo, se unen por su lucha a favor de la independencia del pueblo cubano.
Desde escenarios virtuales, en los colectivos donde se produce, se prestar servicios o se combate a la COVID-19 se aprovechan los espacios para resaltar la bravura y entereza de estos héroes, quienes llegaron al mundo en siglos diferentes, pero unidos por la dignidad y el sentido de justicia.
83 años separan sus nacimientos, pero muchos son los puntos en contacto entre estos dos hombres. Maceo, urgido por las circunstancias del exilio, recorre varias naciones de América Latina, mientras que el guerrillero cubano-argentino, también transita por gran parte de la geografía latinoamericana.
Ambos, en su momento y como parte de las luchas por la independencia de Cuba, protagonizaron la invasión de Oriente a Occidente. El Titán de Bronce evidenció sus cualidades de estratega militar durante la epopeya de 1895. Muchos años después, a finales de 1958, el Che reeditó, junto a Camilo Cienfuegos, otra invasión de Oriente a Occidente durante la guerra contra la tiranía de Batista.
La historia se ha encargado de unir a estos dos valerosos y honestos hombres, que dejaron una profunda huella en Cuba, pero también de toda América Latina. Hoy los niños y jóvenes en Trinidad recuerdan sus hazañas y les rinden tributo.