Por: Ana Martha Panadés Rodríguez
Aunque los expertos insisten en la agresividad de las variantes del virus SARS-CoV-2 que en estos momentos circulan en la provincia de Sancti Spíritus y por tanto en Trinidad, las cifras de pacientes positivos en esta localidad evidencian la alta tasa de incidencia y de transmisión que se ha mantenido durante todo el mes de junio.
“La población está perdiendo el miedo a la COVID-19”, alertó la doctora Silvia Odalis Beovides, directora de Salud Pública en el territorio durante un análisis en torno a la situación epidemiológica local, que en las últimas jornadas se distingue por el diagnóstico diario de trinitarios y no en todos los casos con fuente de contagio identificada.
La especialista llamó la atención además sobre otro riesgo real y es el hecho de “la aparición precoz de los síntomas y de complicaciones que pueden empeorar el cuadro clínico y la evolución de la enfermedad, sobre todo en adultos mayores y pacientes con otras patologías asociadas”.
Las manifestaciones de indisciplina y la insuficiente percepción constituyen hoy las mayores brechas que aprovecha el virus para extender el contagio en el sureño territorio, que ha viajado incluso a comunidades rurales y montañosas durante mucho tiempo libres de la enfermedad, entre ellas El Algarrobo, San Pedro, Alberto Delgado y Manaca-Iznaga.
La identificación de todos los contactos – y para ello es fundamental la cooperación de las personas durante la encuesta epidemiológica, aunque no resulta la única vía-, y la efectividad de las pesquisas en aras de valorar a todas las personas con síntomas resaltan entre las acciones que requieren seguimiento y control en Trinidad, asediada aún por el nuevo coronavirus.