Por: José Rafael Gómez Reguera
Las lluvias han aparecido sobre Trinidad, la ciudad Museo del Caribe, tras un día tranquilo, soleado, y extremadamente caluroso. Es su época, aunque por la fuerza de los vientos, y las tormentas eléctricas que se aprecian y escuchan, muchos se preguntan, de balcón en balcón, de ventana en ventana, si acaso es el preludio de la tormenta tropical Elsa cuyo peligro es inminente.
Muchas horas de trabajo han conseguido recolectar a toda marcha buena parte de los alimentos disponibles en los campos, en tanto se han protegido casas de cultivo y desbrozado y limpiado zonas para que fluya el agua, a fin de minimizar los daños de las posibles inundaciones.
En la ciudad se ha observado un ir y venir de ciudadanos acopiando cuanto es posible, y sobre todo, comprando la canasta básica y el pan normado, para lo cual las bodegas han trabajado hasta el mediodía de este domingo, en tanto se mantuvieron abiertas desde las 7.00 am hasta las 5.00 pm, y a esta última hora, todavía aceptaban a quienes estaban pendientes.
Elsa no tomará desprevenida a Trinidad, aunque una ciudad de más de cinco siglos de vida, con casas antiguas y techos de tejas, no siempre en buen estado de conservación, hacen temer pérdidas si no han tenido acciones de conservación y restauración, no siempre al alcance de todos, a pesar de los esfuerzos estatales, y en particular, los que en el Centro Histórico, declarado por la UNESCO como Patrimonio Cultural de la Humanidad, impulsa la Oficina del Conservador de Trinidad y su Valle de los Ingenios.
Mientras la lluvia cae, y la villa se mantiene calmada, con poquísimas personas transitando por las calles, también sobreviene la tarde, y con las próximas horas, el mayor peligro.