Cantío de los Gallos en reinauguración del Girón espirituano

Omar Venegas, vicepresidente del INDER cubano, devela la tarja que deja oficialmente reinaugurado el estadio Victoria de Girón

Por:  Joaquín Gómez Serra

Momento histórico para el INDER de Sancti Spíritus y para su director Jorge Morell, guía de una tropa de intrépidos trabajadores que no creyeron en dificultades, e hicieron realidad que el estadio Victoria de Girón vista hoy sus mejores galas.

Varios meses después de constantes esperas, Omar Venegas, vicepresidente nacional del INDER cubano como parte de la visita que chequeó el trabajo de la provincia, develó la tarja que deja oficialmente reinaugurado el estadio Victoria de Girón.

Momentos de glorias trajo a colación Jorge Morell, como aquellos días históricos del triunfo en los años 79-80 de los Gallos de Cándido Andrade. Y ellos, volvieron, cuatro décadas después a revivir en su «Olla de Presión», como se le decía por entonces al Girón espirituano.

En una tarde lluviosa se habló de los elegantes engarces en tercera base de Osvaldo Oliva, de los cuadrangulares de Antonio y de Víctor Muñoz, de la combinación de doble play de el Chopi Rodríguez y de Morell, de las sensacionales atrapadas del «azul» José Zamora en el center field, y del rendimiento de Owen Blandino, y del Gallo canelo de Cuti, que tras cada batazo del tabaquero mayor, volaba por los aires, para que un estadio enardecido gritara a todo pulmón, Pican los Gallos.

Desde el box del Girón, Roberto «el Caña» Ramos volvió a dar sus magistrales clases de picheo, mientras Tony Simó le ganaba a los Gallos de Andrade, los juegos buenos, y el espigado Francisco Pascual Sansariq volvía a llevarse esta tarde el gallardete del Novato del Año.

Fue una tarde de rememoración, de alegría y de premio al esfuerzo de un team de «locos bien cuerdos» que guiados por su jefe, y liderado por los entrenadores de pelota del municipio que dirigió Harry Durán, como se dijo esta tarde, ese gran entrenador que ganó la medalla de bronce en el mundial 11-12 años de béisbol, como director del Cuba, inundaron cada mañana la grama del emblemático estadio espirituano.

Y se habló en el Girón de esa gran epopeya de guatacas, machetes, de la tamaña tarea de hacer un nuevo terreno, de marcar el cuadro, las rayas, subir la lomita del box, de sacar toda la mala hierba que «habitaba» en los jardines.

Y se habló de la revitalización, casi igual, de la emblemática pizarra del estadio Victoria de Girón que resplandece bajo el astro rey, allá en el jardín izquierdo, con esa pintura negra fuerte, y de números blancos, que cuidó por varias décadas, esa figura gruesa, que de cariño todos los peloteros y amantes a este deporte, le decían Pellejo, un hombre sin igual, capaz de marcar él solo, en cada juego, con cal, desde el cajón de receptor hasta las rayas de cada jardín.

Y por fin, se reinauguró el estadio Victoria de Girón, y con él se pone en manos de sus entrenadores, la materia prima donde, de ahora en lo adelante, se forjará el relevo del mañana del deporte de las bolas y los strikes en la cabecera provincial. Gracias Omar por la develación y reinauguración de la Casona Grande de la Pelota espirituana.