23 de noviembre de 1959: primera jornada de trabajo voluntario en Cuba

El 23 de noviembre de 1959 se desarrolló en El Caney de las Mercedes, municipio Bartolomé Masó, actual provincia de Granma, la primera jornada de trabajo voluntario encabezada por el Comandante Ernesto Che Guevara

Por: Rafael Novoa Pupo

Hace 62 años, el 23 de noviembre de 1959 se efectuó en El Caney de las Mercedes, municipio Bartolomé Masó, actual provincia de Granma, la primera jornada de trabajo voluntario encabezada por el Comandante Ernesto Che Guevara.

Como planteó el guerrillero heroico en aquella ocasión, la maravillosa idea surgió para construir una Ciudad Escolar para 20 mil niños, fundamentalmente hijos de campesinos de la Sierra Maestra, hecho que se convertiría en un símbolo permanente de la alianza obrero-campesina, donde se asentaba el poder revolucionario.

Según cuentan los archivos, en la madrugada del 22 de noviembre de 1959, cerca de 50 camiones enviados por el Comandante Manuel Fajardo, entonces jefe de operaciones en la Sierra Maestra, partieron abarrotados con los habitantes de Manzanillo, quienes respondieron, al llamado del Che.

De igual modo, a dicha iniciativa se sumaron también gran cantidad de trabajadores y campesinos de los poblados de Campechuela, Yara, Calicito y otros barrios de la región, que consagraron su día de descanso, a impulsar la construcción docente.

En más de una ocasión, el Che Guevara expresó su profunda convicción de que el trabajo voluntario era una poderosa herramienta para formar ideología, además de contribuir a neutralizar la actividad contrarrevolucionaria.

Luego de aquel memorable domingo 23 de noviembre de 1959, vendrían otras obras de choque, en las que el Che estuvo entre los primeros en ofrecer su aporte en tareas como producciones industriales, construcciones de obras, carga y descarga de los puertos, y sobre todo siempre predicando con el ejemplo.

Durante la zafra azucarera en 1963, el Comandante Guevara se convirtió en uno de los primeros en operar las máquinas cortadoras de caña llegadas a Cuba, y quien en una quincena de la llamada Zafra del Pueblo, cortó 137 mil 740 arrobas de la gramínea, logrando el 286,9 por ciento de cumplimiento de la norma, acción por la cual el Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz, lo calificó como Trabajador infatigable.

Esta maravillosa idea del Che, se extendió a todo el país como una nueva conducta permanente de todos los cubanos, en tareas agrícolas como el cultivo en áreas vianderas, recolección de café, siembra de pastos, y hasta en los cortes de arroz manual.

De igual forma y con gran impacto económico, el trabajo voluntario se expandió además a centros laborales y estudiantiles, Escuela en el Campo, además de en cada cuadra y barrios del país, patrocinado fundamentalmente por los Comités de Defensa de la Revolución, y los restantes sectores sociales del país.

A 61 años de aquella primera memorable jornada, el trabajo voluntario constituye hoy una de las enseñanzas más valiosas que nos legó el Comandante Ernesto Che Guevara, y que en estos tiempos de recrudecimiento del genocida bloqueo impuesto por Estados Unidos y la actual situación que vive el país producto de la pandemia por la COVID-19, convoca al esfuerzo de todos los cubanos, en beneficio de una obra común. (Con información de Radio Rebelde y Ecured).