Escuela Pedagógica de Sancti Spíritus sin perder un minuto

Han transcurrido pocos días desde que la Escuela Pedagógica Rafael María de Mendive, una de las instituciones formadoras de maestros de Sancti Spíritus, reanudó el curso escolar, y aunque la alegría es aún visible, apenas se descansa: reorganizar el proceso docente en función del aprendizaje óptimo del estudiante es prioridad aquí.

Para los «profes» y el personal administrativo han sido jornadas muy intensas; al inicio del periodo lectivo, la readecuación de horarios y la fuerte preparación metodológica se sumó alistar un plantel que acogió pacientes sospechosos y positivos en coronavirus SARS-CoV-2, causante de la COVID-19, cuando la provincia vivió los peores momentos de la propagación del virus.

De aula en aula, indagando por la salud de los alumnos y del claustro y por el estricto cumplimiento de las medidas sanitarias, supervisando la elaboración de los alimentos anda Mayuli Conesa Santos, la directora del centro, ubicado en las afueras de esta localidad y donde la disciplina es una realidad desde que el visitante se adentra en él.

Acondicionar la escuela, sobre todo la residencia estudiantil que recibió en varias ocasiones a sospechosos y confirmados con la enfermedad, fue un esfuerzo extraordinario de todos, porque además de la desinfección profunda de los espacios, hubo que hacer labores de mantenimiento y reparación, sin descuidar los preparativos propios para la reapertura.

Lo primero ha sido lograr la reincorporación total de los 497 jóvenes matriculados en la escuela, una acción en la que se sigue trabajando fuerte, apuntó la experimentada pedagoga, quien señaló que aun cuando se mantuvo una estrecha comunicación con todos, la situación epidemiológica obligó a suspender las clases presenciales durante varios meses y eso tiene una influencia en ellos.

Subrayó que paralelamente prosigue la preparación de los instructores educativos y los guías; mientras, se le presta especial atención a la actualización del diagnóstico de los educandos y de sus maestros para rediseñar el plantel en función de esa comunidad, de sus necesidades y potencialidades.

La intención, aseveraron varios de los profesionales entrevistados también, es conocer el estado de salud de cada uno de ellos y de su familia, porque en dependencia de esa situación del hogar puede ser su comportamiento, cuántos padecieron la COVID-19 y las posibles secuelas físicas o psicológicas, y sobre esa base, trabajar.

Conscientes de que formar maestros y no hacerlo a tono con la época que les tocó vivir y con el vertiginoso auge de la tecnología puede tener luego un impacto, en la Rafael María de Mendive funcionan dos laboratorios de informática y un aula tecnológica.

Aquí se prepara a los jóvenes en el orden cognitivo, afectivo y educativo y se les dota de la metodología, de los recursos y de las herramientas para transmitir esos conocimientos, dijo Conesa Santos.

En la medida en que hagamos las cosas como deben ser y como queremos que se hagan, ese futuro maestro aprende a enseñar de esa misma forma, significó, como yo lo enseño, él aprende a enseñar a sus alumnos, y por eso es esencial la participación muy activa de padres, educandos y profesores y, en especial, ahora, que la pandemia trastocó todos los procesos.

Al referirse a los 109 estudiantes de cuarto año que permanecen en sus municipios de residencia realizando prácticas y preparándose para su ejercicio de culminación de estudios, la directora apuntó que están ubicados en planteles de la educación primaria, especial o en uno de la primera infancia, y acotó que deben graduarse en el mes de febrero del 2022.

Resaltó que en esos lugares ponen en práctica las habilidades metodológicas adquiridas en sus primeros años en la institución espirituana, centro que cada 15 días los acoge para reforzar, a su vez, su preparación ortocaligráfica, política, didáctica.