No has muerto para mí Fidel

No has muerto para mí Fidel Castro, porque no se muere cuando el corazón deja de latir, se muere cuando los recuerdos dejan de existir y tú sigues y seguirás vivo para todos. Fuiste el Comandante inolvidable, el modelo de hombre, que con su accionar y hacer siempre nos dio una formación y una firme educación moral

Por Joaquín Gómez Serra

La obra imperecedera de tu vida nunca terminará. A las 10 y 29 de la noche del 25 de noviembre, hace seis años, decidiste ser inmortal. Desde entonces, me pregunto por qué la vida es tan cruel y nos arrebata a un hombre que sólo le hizo bien a los pobres de esta Tierra. Sin embargo, la muerte es sólo el pretexto para tu ausencia física, porque sigues vivo en cada calle, en cada pueblo de tu Cuba querida, y del mundo.

Tu tarea seguirá siendo, desde lo alto del cielo, mirar, velar y conducir con ojos insomnes el bien de tu pueblo.Porque Fidel es más que un nombre o un presidente. Es un país que creció contigo, una y mil veces se levantó contigo, emergió como el David que nunca le temió a Goliat, y en medio de tempestades supo mantenerse durante 90 años de pie, mientras desde el norte brutal y revuelto esperaron una caída anunciada.

Hoy y siempre seguirás siendo el Comandante de todos. Y seguirás vivo en la mente y en el corazón de nuestro pueblo porque enfrentaste los intentos de asesinatos en más de 600 ocasiones  como la más natural de las opciones al defender el ideal de la Revolución cubana.

Porque nos enseñaste a erguir siempre la cabeza, porque nos enseñaste que torrentes de ideas pueden cambiar al mundo y enmudecer a las armas. Por eso Fidel te convertiste en un ideal, en una razón de existir, en un paradigma en la vida de nosotros los cubanos.

Los hombres buenos como tú, no mueren, tu obra humana y social, es y será siempre  imperecedera. Sonríe una vez más, ahora desde los cielos, con la seguridad de estar ahí, siempre junto a nosotros. Cumpliremos tu enseñanza de que la unidad de nuestro pueblo nos hace invencible. Hasta siempre Comandante.