El proyecto constituye expresión de un acuerdo entre la Empresa de Telecomunicaciones de Cuba y la compañía francesa Orange
No pocas expectativas ha generado la futura puesta en funcionamiento del cable submarino de fibra óptica Arimao, inversión que ejemplifica la voluntad política y gubernamental de Cuba con la informatización de la sociedad y transformación digital.
El cable, tendido entre el puerto Tricontinental, de Cienfuegos, y Martinica, llegó a su destino el pasado 9 de enero, un mes después de comenzado su despliegue desde Cuba.
Dicho proyecto constituye expresión de un acuerdo entre la Empresa de Telecomunicaciones de Cuba (Etecsa) y la compañía francesa Orange, y durante su ejecución las autoridades cubanas tuvieron en cuenta la protección del ecosistema marino y las afectaciones en las zonas de grandes concentraciones de plantas, además de los períodos de desove de las tortugas laúd, refiere una nota de la Dirección de Comunicación Institucional de Etecsa.
La instalación del cable de fibra óptica se llevó a cabo desde el barco cablero Pierre de Fermat, a través de 2 500 kilómetros, y de forma paralela a su instalación se llevó a cabo la construcción de una estación en Cienfuegos para los servicios técnicos que le darán vitalidad a la conexión.
Ahora bien, ¿qué beneficios traerá consigo la puesta en funcionamiento del cable Arimao? La presidenta ejecutiva de Etecsa, Tania Velázquez, sostuvo que el proyecto permitirá ampliar y diversificar las capacidades de los servicios de conexión a Internet y de banda ancha.
Velázquez consideró que la ejecución de la inversión aportará una solución robusta y eficaz para diversificar, asegurar y ampliar las capacidades, en la medida de las condiciones económicas del país, que posibilitan la comunicación y la interacción de los cubanos con el mundo.
Por su parte, el vice primer ministro Jorge Luis Perdomo, citado por Granma, manifestó que el proyecto muestra el interés de Cuba de continuar ampliando el sistema de comunicaciones internacionales para avanzar en el proceso de informatización de la sociedad y la transformación digital.
Entre los beneficios más importantes está la diversificación de la conectividad internacional de la Mayor de las Antillas, pues se complementará la hasta ahora única ruta de este tipo existente, o sea, el sistema ALBA 1, resultado de la colaboración entre Cuba y Venezuela, añadió Perdomo.
En reciente análisis del Consejo Interinstitucional de Infraestructura del Programa de Informática y Comunicaciones, Alejandro Gil Fernández, vice primer ministro y titular de Economía y Planificación, indicó que este proyecto beneficiará tanto a la economía como a la sociedad.
En esa reunión trascendió, igualmente, que para este 2023 se pretende un incremento de las capacidades de la red de transmisión y de centros de datos para asegurar la demanda del tráfico y los servicios, crear nuevos puntos de acceso a la red, ordenar la migración hacia el estándar IPV6, así como la comercialización del servicio de acceso fijo inalámbrico. (Con información de Etecsa, Granma y ACN).