El 22 de Junio de 1901, hace 122 años, nació en Consolación del Sur, antigua provincia de Pinar del Río, Aracelio Iglesias Díaz, legendario dirigente de los obreros portuarios y figura emblemática del movimiento sindical cubano
Por: Rafael Novoa Pupo
Caracterizado por un temperamento rebelde, Aracelio mantuvo siempre un activo protagonismo en las organizaciones proletarias del gremio, lo que le hizo chocar inmediatamente con la realidad social que vivía el movimiento obrero en ese sector, por lo cual decidió ingresar en el Partido Comunista.
Entre sus acciones en aquellos años, se destacó su enfrentamiento con las empresas yanquis Flota Balines y Ward Line, además de encauzar la protesta de los obreros contra el Plan Trimestral.
Luego de la caída del dictador, Aracelio se dedica a ampliar las filas del partido en los muelles, hasta que fue hecho prisionero y enviado a la prisión de Isla de Pinos por tres años, lo cual no impidió que al salir en libertad reanudara su quehacer revolucionario.
En 1938 asume el cargo de financiero del Sindicato de Estibadores y Jornaleros del Puerto de La Habana, y un año después es electo Secretario General. Durante su etapa como dirigente sindical, logró que se implantara la lista rotativa en el puerto, dando oportunidad de trabajo a todos los estibadores.
Fue así que con su incansable lucha sindical junto al apoyo de los afiliados, arrancó a los patronos importantes conquistas laborales, entre ellas el aumento de salarios y el descanso retribuido.
También durante le Segunda Guerra Mundial al declararse la rada de La Habana como puerto único, se logra fijar el pago del subsidio por paro portuario, amparando así a los obreros del interior del país. De igual modo cuando se introducen en el puerto, los ferries y seatrains, novedad que representaba una reducción de la fuerza de trabajo, Aracelio logró que se aprobara una reglamentación que estableciera una proporción entre la carga, el número de trabajadores necesarios y los jornales, evitando con ello un despido masivo.
Como muestra de hombre valiente, en medio de una discusión sobre mejoras salariales con dirigentes portuarios, el entonces ministro de Trabajo Carlos Prío Socarrás, interroga a Aracelio Iglesias: ¿Tú te crees que eres el dueño de los muelles o qué?, a lo que sin vacilar el humilde obrero respondió furioso: ¿Y tú te crees que eres el dueño de Cuba, o qué carajo?
El 17 de octubre de 1948, en la sede del sindicato de los obreros portuarios de la Empresa Naviera de Cuba, Aracelio y sus compañeros ultimaron detalles acerca de un encuentro que sostendrían con el Ministro del Trabajo, para que este anulara la designación de Armando Galate como máximo dirigente sindical del puerto de La Habana, y la imposición de los jefes de interventores en la oficina de control de estibadores.
Aracelio se encontraba de espaldas a la puerta cuando cuatro balas se alojaron en su cuerpo. Aún con conocimiento se lamentó de no haber podido ripostar la agresión. Los autores del ataque: el pistolero anarquista Joaquín Aubi, miembro del Buró e Investigaciones Policiales y agente el G-Men en Cuba; Eliécer Baudín Vázquez (el Cojo), jefe de los interventores de la citada oficina de control y confidente de la embajada de Estados Unidos, Alberto Gómez Quesada, traidor y rompehuelgas, y un grupo de matones encabezado por Rafael Soler Puig (el Muerto).
El asesinato de Aracelio Iglesias, fue un duro golpe para los trabajadores portuarios de la capital del país, pero no quedó del todo impune, pues la Revolución se encargó de hacer justicia con los encartados, que llegaron a sus manos. (Con información de periódico Trabajadores y Ecured).