Por: Juan Carlos Naranjo
El título de Ciudad Creativa que ostenta Trinidad no desvanece ni en tiempos de pandemia. Y es que atrapada en sus casonas de antaño se regodea la musa: el pincel y los acordes ocupan el ocio. CUBA ANTE LA COVID-19 (I) (II) (III)
“Son tiempos de regalar mucho arte para apoyar a esas personas como los médicos y las enfermeras que ponen en riesgo su vida para enfrentar la difícil batalla contra ese enemigo invisible, pero con la belleza que ponemos los creadores, se refuerza el alma”, dice la pintora Yudit Vidal Faife.
Por esa razón el músico Carlitos Irarragorri le echa de menos a su público, a sus presentaciones, “estoy en casa -nos cuenta- gracias a que tengo un miniestudio casero para grabar, ahí voy creando, para aportar también, a todas las cosas malas hay que verle lo positivo, además estoy preparando para el futuro muchas cosas.”
Mientras las calles de la ciudad que los acoge, Trinidad de Cuba permanecen casi desiertas, la artista del pincel y el multinstrumentista comparten con su familia estos días de sosiego y recogimiento, con la cautela que tanto vale en tiempos de pandemia.
Puertas adentro, ambos, sienten más cerca el halo mágico que les inspira.
Yudit trabaja en una nueva serie de 12 obras nuevas de la colección Hilos de identidad, una muestra que resalta en fotografías detalles ampliados de tejidos y el entramado diminuto que se integran a los cuadros del proyecto Entre hilos, alas y pinceles. Las plataformas digitales permiten el disfrute.
Días de quietud y recogimiento, pero también Días de sol, ese es el título del tema musical de la autoría de Alcides Toirat grabado en la tranquilidad de su hogar por Carlitos Irarragorri y que ha colocado en las redes sociales: un canto esperanzador.
A puertas cerradas, la musa regresa más a menudo a los hogares de estos creadores, llega sin previo aviso, y aún así tropieza con el pincel dispuesto y la melodía brotando a raudales. Los tiempos de pandemia inspiran al mensaje alentador.
“El alma al estar sana, llena de energía, comienza a vibrar luz, y es esa luz la que nosotros los artistas tenemos que regalar”, es la manera que encuentra Yudit para amainar los miedos.
“El arte salva. Nos debemos a un público más unido que nunca, el mundo necesita de nosotros, ojalá todos los compositores puedan hacer canciones como Días de sol, canciones positivas que nos llenen un poco de esperanza, que nos ayuden a no sufrir de pánico. El arte salva”, reitera el autor del CD Sonriendo al mundo.
Galerías cerradas, escenarios vacíos: pareciera que la creación se esfuma de Trinidad, pero no, se erige. Yudit Vidal Faife y Carlitos Irarragorri, como tantos otros artífices, hacen de sus moradas un oasis.
Trinidad de Cuba vive el sosiego de sus días y noches. La pandemia le arrebata el bullicio, el ir y venir de su gente, no los aplausos agradecidos, tampoco el orgullo de exhibir para Cuba y el mundo el título de Ciudad Creativa compartido solo con la capital.
Desde el confinamiento hogareño también se puede servir. El prójimo lo agradece.
