Aparece en Trinidad nuevo ejemplar del pez León

Aficionados y buzos profesionales se lanzaron mar adentro en aras de desterrar de las costas sureñas a la especie invasora. Foto: Carlos Luis Sotolongo / Escambray.
Aficionados y buzos profesionales se lanzaron mar adentro en aras de desterrar de las costas sureñas a la especie invasora. Foto: Carlos Luis Sotolongo / Escambray.

Por: Juan Carlos Naranjo

Tal parece que la familia del pez León va encontrando acomodo en las aguas del mar Caribe, pues un nuevo ejemplar de esta especie fue capturado en playa María Aguilar, en la costa sur de Trinidad, aproximadamente a 11 kilómetros de la villa. 

Hasta el momento, vivito y coleando se halla el exótico animal capturado a escasos metros de la franja costera. Mide cerca de 8 centímetros de la cabeza a la cola, aunque se considera que es pequeño aún en comparación con otros conocidos.

Este pez fue capturado por los jóvenes salvavidas de la Cruz Roja Cubana Aliem García y Rodeinis Mainegra, cuando realizaban prácticas de natación en el horario del mediodía.

Según refieren, ellos vieron al extraño pez en una zambullida, se pusieron de acuerdo al ver las mismas características que habían escuchado sobre el pez León, y decidieron sacarlo del agua. Lo conservan en una pecera en casa del segundo de ellos.

Según investigadores de la fauna marina, el intruso ha llegado a establecerse y hasta reproducirse en áreas caribeñas, pues un mes atrás fue apresado uno mucho más grande, en playa La Boca de este municipio de Trinidad. Además, pescadores de la costa sur trinitaria atestiguan haberse tropezado con animales similares.

La especie, originaria del Pacífico, del Índico y de Oceanía, se distingue por poseer líneas verticales de color rojo, café y blanco a lo largo de todo el cuerpo, aletas en forma de abanico y espinas venenosas huecas, semejantes a agujas hipodérmicas.

El pez León habita casi siempre en bancos de algas, arrecifes y lagunas costeras de poca profundidad, y constituye un riesgo para el hombre, porque su picadura, extremadamente dolorosa, puede causar la muerte en personas cardíacas. Además, su apetito voraz pone en peligro el ecosistema marino.