En el centro histórico de Trinidad está ubicada una edificación construida entre 1828 y 1829, que posee características de arquitectura colonial con influencias neoclásicas.
Su construcción se debe a un hacendado azucarero: Don José Mariano Borrell y Padrón. Su hijo Don José Mariano Borrell y Lemus hereda parte de la casa y en 1841 la vende a Doña María del Monserrate Fernández de Lara y Borrell, viuda de Pedro José Iznaga, quien adquiere así la propiedad del inmueble.
En 1842 contrajo matrimonio con Don Justo Germán Cantero, representante de sus bienes, por lo que se conoce esta propiedad como Palacio Cantero.
Este palacio de aire señorial con bellísimas decoraciones murales realizadas por pintores populares locales en 1830 y pintores italianos en 1860, tiene grandes proporciones, un amplio y soleado patio y una torre mirador que realza la elegancia del edificio desde la cual se observan los encantos de una ciudad detenida en el tiempo y sus cercanos horizontes compuestos por el mar y las montañas muestra de las riquezas económicas de sus propietarios pertenecientes a la sacarocracia trinitaria.
En 1967 el estado cubano, atendiendo a su historia, valores arquitectónicos y patrimoniales, inició los trabajos de restauración para salvar el edificio de su progresivo deterioro y utilizarlo con fines culturales, inaugurándose en su sede el Museo Municipal de Historia de Trinidad el 8 de noviembre de 1980.
El museo se encuentra insertado en la comunidad y en el Plan Turquino; ofrece actividades culturales y políticas, es sede de eventos culturales, científicos y patrióticos, y mantiene vínculos con centros educacionales y laborales. También cuenta con con una Casa Museo (Casa de los Mártires).