Vilma, la azucena de Cuba

Por: Mariolys González Calderón

Pasarán los años, serán escritas muchas páginas en la historia de la mujer cubana, pero en ella siempre aparecerá la huella imborrable de nuestra querida Vilma Espín Guillois.

Nacida en la oriental ciudad de Santiago de Cuba el 7 de abril de 1930 en el seno de una familia acomodada, pronto descubrió la causa de los desposeídos y la abrazó para nunca abandonarla. Se entregó apasionadamente a la pelea por la libertad y la independencia.

A propósito de los 85 años de su nacimiento quisimos rendir homenaje a esta fémina que de manera muy especial se apoderó de nuestros corazones por su sensibilidad con todos los trabajadores y sus familias.
Llena de amor, sencilla, delicada, humilde, dulce, y a la vez intransigente, indeclinablemente unida a la Revolución, acarició con su sonrisa la palabra mujer y le confirió pureza, ternura y la pasión de una madre, que no durmió tranquila ante los peligros de los hijos de la nación.

Inigualable la participación histórica de Vilma como continuadora de esa estirpe de mujeres adelantadas a su tiempo, al estilo de Ana Betancourt, quien exigió frente a la primera Asamblea Constituyente, el derecho de las féminas a convertirse en ciudadanas de la futura nación independiente.
Fue una heroína de la clandestinidad y una combatiente del Ejército Rebelde en las montañas del Segundo Frente y eso, sin dudas, le dieron merecidos reconocimientos, pero más que todo se destacó por las conquistas que logró para la mujer cubana al extremo de que Fidel Castro las calificara como “una Revolución dentro de la Revolución”.
Su quehacer en defensa de los humildes trascendió fronteras como Vicepresidenta de la Federación Democrática de Mujeres, y no escatimó esfuerzos en el largo y complejo proceso de una patria revolucionaria y socialista.
Como dijera Asela de los Santos, su compañera y amiga, “Vilma pensó y actuó como la vida misma a la cual se entregó desde su juventud con la confianza en el porvenir de su Patria. Podemos asegurar que en ella sobresalía un sentido muy alto de la justicia, el compromiso con la verdad, su rechazo tajante a la mentira, su alejamiento de lo banal y superficial”.
Desde muy joven asumió posiciones políticas revolucionarias y su vida estuvo ligada a las mejores causas. Al triunfo revolucionario en 1959, encabezó la unificación de las organizaciones femeninas en el país, y posteriormente la constitución de la Federación de Mujeres Cubanas, el 23 de agosto de 1960, a cuya dirección consagró 47 años de su vida.
Las féminas de hoy seguimos su ejemplo y ratificamos uno de sus más preclaros pensamientos: “el socialismo para la mujer cubana significa independencia, soberanía, dignidad, justicia social, seguridad para la formación y desarrollo de los hijos, derecho a la igualdad, a decidir su propio destino, a trabajar por el porvenir soñado y a defenderlo con todas nuestras fuerzas”.
A Vilma Espín Guillois, quien falleció el 18 de junio de 2007 en La Habana, se le recordará siempre como la luchadora incansable por la justicia y la solidaridad humana, dirigente, madre, amiga, como la joven clandestina con un lugar reservado en la historia de la nación cubana.
No importa cuántas identidades velaran su entereza en la trinchera clandestina: Alicia, Mónica, Déborah, Mariela. A mujeres imprescindibles como ella que enarbolan la paz a toda costa, las personas de bien les tributan en eterna reciprocidad amor, respeto y una rosa.