El proyecto de rehabilitación de la peligrosa vía incluye la fundición in situ de unos 1 300 metros cúbicos de hormigón hidráulico en el tramo más complicado
Como una solución duradera, que reduce ostensiblemente los riesgos para el tráfico vehicular, ha sido calificada la rehabilitación que acometen fuerzas constructoras en la carretera de acceso a Topes de Collantes, entre la llamada Curva de Juana y La Loma del Mirador, uno de los tramos más peligrosos del vial que atraviesa la cordillera del Escambray.
Según confirmó a Escambray el ingeniero Miguel Ángel Luna Castro, director del Centro Provincial de Vialidad, del Ministerio de Transporte, en la zona está prevista la colocación de unos 1 300 metros cúbicos de material mediante el empleo de una técnica de subsanación denominada refuerzo con hormigón de pavimento flexible o whitetoping, procedimiento que consiste en retirar las protuberancias en los tramos dañados y fundir in situ losas de concreto.
Iniciados el pasado año y valorados en alrededor de un millón de pesos, los trabajos se ejecutan con el objetivo de corregir las irregularidades que aparecen en determinadas zonas de la vía como resultado de los frenazos de vehículos pesados en pendientes muy abruptas, lo cual provoca el desplazamiento del asfalto y la formación de roderas que dificultan notablemente el tráfico.
Aunque tal situación se presenta también en otros puntos del vial, en los últimos tiempos se había convertido en un mal crónico para el segmento donde ahora están interviniendo las fuerzas de la Empresa de Construcción y Montaje de Sancti Spíritus.
De acuerdo con la propia fuente, en el lugar han sido vertidos más de 700 metros cúbicos de hormigón hidráulico, suficientes para concluir el primero de los dos tramos previstos y adelantar el segundo, en los cuales es preciso la realización de trabajos de recrecimientos en los paseos con vistas a reducir la peligrosidad a ambos lados de la vía.
Luna Castro destacó el imprescindible apoyo de las fuerzas del Ministerio del Interior encargadas de la regulación del tráfico, que ha permitido realizar las labores constructivas y al mismo tiempo mantener un servicio vital tanto para las comunidades asentadas en estos parajes como para asegurar la actividad socioeconómica de la región.
Construida en los años 50 del pasado siglo, la carretera sirve de enlace a las provincias de Sancti Spíritus y Villa Clara y en su recorrido atraviesa el Gran Parque Natural de Topes de Collantes, paisaje de 200 kilómetros cuadrados asentado a más de 800 metros sobre el nivel del mar, que se distingue por la combinación de impresionantes elevaciones con valles intramontanos.
(Tomado de Escambray Digital)