Por: Mariolys González Calderón
Elena Burke, la voz de una nueva sensibilidad, nació un 28 de febrero de 1928 en La Habana. Con tan solo cinco años ya cantaba, y comenzó a hacerse imprescindible en la década de los 40.
En el aniversario 88 de su natalicio rendimos homenaje a esta mujer que, como buena cubana, fue fiel a sus orígenes, y supo en pleno auge de sus facultades vocales, situar su arte al lado del pueblo.
Nadie en su familia era artista, sin embargo, su abuela Rosario descubrió en ella ciertas dotes que la convirtieron en una de las personalidades del arte con mayor dimensión en la cancionística cubana de todos los tiempos.
Poseedora de un timbre extraordinariamente singular y de una voz vigorosa, así como de un profesional sentido del ritmo interno, afinación y creatividad, impuso un original estilo interpretativo que ha influido en muchas otras vocalistas de nuestro país.
Habrá que buscar sus cartas de triunfo en las temporadas en Cadena Roja, COCO, Radio Progreso, Mil Diez, presentaciones y giras con Las Mulatas del Fuego, pero sobre todo por su contribución al auge de los cuartetos, primero con Facundo Rivero, luego con Orlando de la Rosa y definitivamente con Aida Diestro y las D Aida.
Elena se las arregló para trascender las limitaciones de un ambiente que no la consideraba una cantante comercial. Hoy Su Majestad Burke o La Señora Sentimiento, mantiene entre sus innumerables admiradores la frescura y el entusiasmo de aquella principiante que hace cincuenta años triunfó en la emisora radial CMQ.
Esta dama de la canción se impuso por su temperamento y musicalidad, llegando así a la cima de la popularidad. Fue una de las primeras figuras integrantes del movimiento del Feeling, contribuyendo a su desarrollo y promoción, y devino una de sus más fieles intérpretes.
El lado romántico de los cubanos alcanzó en la voz de Su Majestad Burke el mayor de los esplendores. Fue ella, de hecho, quien resumiría la esencia de aquel decir tan habanero, tan cubano, tan novedoso.
Escuchar a la Reina del Bolero en lugares íntimos, y pequeños, era aprender a disfrutar de un modo de decir inédito, tan único que no ha habido después cantante alguno capaz de reproducirlo.
Gabriel García Márquez dijo en una ocasión “Elena Burke descubre con su voz lo que hay en su interior. Por eso por donde pasa deja su huella porque sus interpretaciones consiguen imponer en el escucha el texto, la melodía, y el ritmo de las canciones”.
El recuerdo de la Señora sentimiento, quien falleció el 9 de junio de 2002 en La Habana, conforma ya una hermosa fábula en la que alienta su leyenda como artista y como persona. Una voz desde las aguas más hondas de los ríos antillanos fluye ahora, para siempre, como un surtidor incesante de la historia de nuestra canción en cualquiera de sus modalidades.