Las dos vidas del Palacio Iznaga

Foto: Escambray

El paradigmático Palacio Iznaga, construido después de 1814 por encargo del aristócrata Don Pedro José Iznaga y Borrell, constituye una singular mansión, ubicada en la calle Desengaño, entre Gloria y Media Luna, con una posición privilegiada bien cercana a la Plaza Mayor de Trinidad.

El inmueble, testigo de la opulencia del auge azucarero vivido por la comarca durante el siglo XIX y después también de la crisis que arruinó esa industria en aquellos predios, fue definitivamente abandonado a finales de la pasada centuria por sus últimos dueños, descendientes de los Iznaga.

La doctora Alicia García Santana, de las más prestigiosas especialistas cubanas en asuntos patrimoniales, considera esta vivienda como un “punto de partida de los cambios operados en la casa cubana tradicional durante el siglo XIX” pues resultó de las primeras en utilizar el alero en gola, el hierro para la protección de ventanas y balcones y las persianas en abanico.

Para rescatar esta obra ha sido imprescindible el aporte de la Oficina del Conservador de la Ciudad de Trinidad y el Valle de los Ingenios, además de la colaboración de especialistas en el tema provenientes de la capital del país.

Ahora se comienza a transformar su imagen a propósito de un proyecto que lo convertirá en hotel con categoría Cinco Estrellas, bajo el principio de rescatar su originario ambiente en medio del entorno colonial y a sus espaldas levantar una estructura novedosa y contemporánea, con vistas a ampliar la capacidad de alojamiento de la casona.

El proyecto de intervenir en uno de los edificios más interesante de la villa resulta sin dudas complejo. Allí se necesitan pericia y paciencia para maniobrar desde los planos hasta los específicos equipos de izaje o la cantidad de madera que demanda la obra.

La reconstrucción presenta cierto atraso porque además ha debido superar otros obstáculos como la dureza de la roca predominante en el subsuelo del edificio nuevo y las carencias de fuerza de trabajo especializada para trabajar en una edificación patrimonial.

El palacio, bien singular por sus exclusivas paredes de mampuesto, con puertas de hasta 6 metros de alto por 3 de ancho, arcos de concha y herrería exquisita, ya se encuentra casi al 50 por ciento de ejecución general.

Entre los frentes más avanzados se menciona la recuperación de la carpintería original, la colocación de la llamada panelería ligera y las labores requeridas para el abasto de electricidad, entre otras.

Todo el tiempo se han seguido las recomendaciones de los expertos para conseguir el rescate de los elementos originales del palacio, el cuidado con vistas a que la estructura añadida no exceda las dimensiones de la original y, a que la tecnología necesaria no amenace las visuales del monumento.

(Tomado de Radio S. Spiritus)