Esfuerzos de campesinos trinitarios para incrementar aporte de alimentos

La ganadería es otra de las ramas que avanza en la provincia de Sancti Spíritus. Foto Escambray digital

Por: Ana Martha Panadés Rodríguez.

Considerable es el esfuerzo de los campesinos del municipio de Trinidad de Cuba para incrementar el aporte de alimentos al pueblo y satisfacer necesidades de la industria, tal como sucede con la Cooperativa de Créditos y Servicios  (CCS) José Ibáñez Malibrán, de la zona rural de Palmarito, en el Consejo Popular de San Pedro.

Según Alberto Rodríguez Castellanos, Presidente de esta CCS, su objeto social es la ganadería, con el aporte de leche y carne vacuna en lo esencial, aunque también se destaca en la producción de carne de cerdo.

En este año 2018, el plan de producción de leche se cumple satisfactoriamente mes tras mes, y se espera que ya en este mes de mayo haya notables resultados, para beneficio del Combinado Lácteo de la cabecera provincial de Sancti Spíritus, así como de otros sectores a los cuales ellos contribuyen con este alimento.

Sobresalen el Hogar Materno de la ciudad de Trinidad, tres escuelas primarias rurales, entre ellas una con régimen de seminternado, y las bodegas de Palmarito, la de la comunidad El Taje, y la ubicada en Yaguaramas. A ellas llega la leche, proveniente de la referida CCS, para dietas médicas y niños menores de 7 años, a razón de un litro de leche diaria para estos últimos, siempre a precios subsidiados por el Estado, de solo 25 centavos por cada uno.

Rodríguez Castellanos significó que en el área de productos agrícolas, se comportan de manera satisfactoria los planes de siembra y cosecha de frijoles, maíz, tomates y otras hortalizas, producciones que contribuyen a sustituir importaciones y a cubrir necesidades de los propios cooperativistas, en tanto la cooperativa se prepara de manera organizada y sistemática para autoabastecerse en todos los renglones posibles a partir del venidero mes de julio.

La cooperativa cuenta con una fuerte mano de obra campesina, así como miembros asociados, pertenecientes todos a la Asociación Nacional de Agricultores Pequeños (Anap), entre los que descuellan no pocos jóvenes y mujeres, quienes trabajan la tierra de cada cooperativista.