Por: Ana Martha Panadés Rodríguez
Aunque los avances en los programas de salud y el avance socioeconómico han incrementado la esperanza de vida en Cuba, todavía no se ha establecido en el país una verdadera cultura del envejecimiento: de ahí la pertinencia de consolidar la atención geriátrica.
En Trinidad también se impone perfeccionar estrategias en el nivel primario de salud, a fin de impulsar labores de prevención, promoción y tratamiento a los pacientes de la tercera edad, segmento de la población que crece a escala planetaria y local.
Decisivo en este empeño resulta el trabajo del Médico y la Enfermera de la Familia, encargados de la realización de los exámenes periódicos de salud a las personas mayores de 60 años, los cuales ofrecen un diagnóstico certero del estado integral del adulto mayor.
A partir de los resultados de esta evaluación, los pacientes que así lo requieren son remitidos a la consulta especializada en cada área de salud del municipio. Allí, el equipo multidisciplinario de atención geriátrica, integrado por un enfermero, un trabajador social, un médico y un psicólogo, son los responsables, con su seguimiento y principales demandas.
Además de tratar diversas alteraciones psicológicas, garantizar apoyo social y otras necesidades técnicas, este equipo de profesionales dirige sus esfuerzos a la incorporación de tales personas a las Casas del Abuelo, lugar en el que los adultos mayores encuentran nuevas razones para agradecer el privilegio de la vida.