Transformación del periodismo en Cuba, cuestión de vida o muerte

Foto: Cortesía del autor

Por: Jesús Michel Labaut Barcaz

Por estos días tuvo lugar en la sede de la Sociedad Cultural José Martí, una nueva edición del espacio Cultura y Nación: El Misterio de Cuba, en esta ocasión, contó con la presencia del Presidente de la Unión de Periodistas de Cuba (UPEC), Ricardo Ronquillo Bello, con el tema «Los desafíos del periodismo cubano»

En la cita se debatió acerca de las principales deficiencias de la prensa cubana de estos tiempos y las posibles soluciones para llevar a cabo un proceso que el presidente de la UPEC, calificó como: «una revolución dentro del periodismo cubano de la Revolución».

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Trascendió, además, la necesidad de que los medios de prensa públicos divulguen sus contenidos de manera diferenciada, pues las audiencias a las que van dirigidos esos mensajes ya no son homogéneas como lo fueran en la década del 80 del siglo pasado.

En la actualidad, existe un público cada vez más disperso y expuesto a cualquier cantidad de interpretaciones de un mismo hecho en redes sociales y, por tanto, es necesario, cuanto antes, «construir un discurso que logre influir verdaderamente en ese público», señaló el presidente de la UPEC.

Ronquillo también se refirió a que, en 2018, el Estado Cubano aprobó una Política de Comunicación, donde se estipula que la información es un bien público y un derecho ciudadano, y que constituye una clara señal de cambio, en la percepción del papel que debe desempeñar el periodismo en la actualidad.

Con el objetivo de resaltar la voluntad del Estado cubano de transformar el sistema de comunicación público, Ronquillo hizo referencia a las declaraciones del Presidente de los Consejos de Estado y de Ministros, Miguel Díaz-Canel Bermúdez, el cual, en una entrevista para la cadena de televisión TELESUR, manifestó que «la prensa debe formar parte de los mecanismos de rendición de cuentas de las instituciones públicas a los ciudadanos».

El presidente de la UPEC, advirtió, también, de los emergentes y nuevos peligros que acechan al periodismo cubano de la Revolución, pues nuestro sistema de prensa público, ha perdido lo que es conocido por los teóricos de la comunicación como «hegemonía de las influencias». Por ejemplo, es de conocimiento público, que el año pasado, el gobierno norteamericano destinó un presupuesto de aproximadamente 500 millones de dólares a los «proyectos de periodismo independiente en Cuba». Además, son mayoría en Internet, los medios privados que abordan el acontecer de nuestro país, en comparación con los medios públicos oficiales.

Durante el proceso revolucionario, ha sido un logro importante el hecho de que el pueblo contara con un sistema de comunicación público, aunque, en ocasiones, no se le diera la importancia y la relevancia que requería. Eso actualmente, no basta. Por tanto, es necesario, cuanto antes, transformar ese sistema de medios.

«La magnitud del momento por el cual atravesamos es tal que, no realizar una transformación en el sistema de prensa público de nuestro país, sería casi un suicidio político. Si detenemos ese proceso, nuestra Revolución perdería la capacidad de generar los consensos que necesita. Ese será sin dudas el principal desafío de la prensa cubana del siglo XXI», sentenció el presidente de la UPEC. (Granma.cu)