Agricultura en Trinidad: mayores aportes en 2019

Los trabajadores agropecuarios de Trinidad, llamados a incrementar producción de alimentos (Foto: Alipio Martínez)

Por: Ana Martha Panadés Rodríguez.

Si bien todavía no se satisface toda la demanda, hoy en Trinidad se produce buena parte de las viandas y hortalizas que se consumen gracias al programa de autoabastecimiento territorial, que aporta cerca de 20 libras per cápita mensual para cada habitante y donde ha crecido la cantidad de tierras dedicadas a la actividad agropecuaria.

Cuando se habló por primera vez de la idea, no pocos escépticos dudaron de su pertinencia en un municipio eminentemente turístico, pero dos años después de implementada la estrategia del Ministerio de la Agricultura,  la entrega de viandas, granos y hortalizas desde las diversas formas productivas asentadas en predios sureños confirma lo atinado de la decisión, que entre sus propósitos ha logrado reivindicar el duro trabajo en el campo.

Y en ese camino de menos a más por el que transita la actividad agrícola por estos predios resultan significativas las 100 caballerías de plátano por cada mil habitantes, el crecimiento de los aportes de granos como el maíz y frijoles, que sustituyen importaciones, además de la disponibilidad de semillas, por primera vez para garantizar la campaña de siembra de frío, a punto de concluir.

La llegada a mediados de año de ocho tractores al municipio resultó otro elemento decisivo para la preparación de tierras y aunque no cuentan con implementos modernos se han recuperado los que ya existían en las bases productivas; el control y organización de esta fuerza mecanizada se impone ahora para aprovechar  con efectividad el escaso combustible disponible.

Entre las alternativas que merecen extenderse y aplicarse en el surco, el director de la Empresa Agroforestal Trinidad, Vladimir Palmero, aboga por el uso de la tracción animal y el empleo de técnicas agroecológicas para el control de plagas y enfermedades que han diezmado, por cierto, las plantaciones de tomate y los rendimientos de la cosecha.

Los productores sureños se lamentan además por no poder contar con sistemas de riego, con los que podrían duplicarse los rendimientos agrícolas por área y no esperar a que la lluvia moje la tierra, a veces con tanta furia, que destruye lo que costó esfuerzo y tiempo en cultivar.

En este municipio, 28 bases productivas abonan la semilla del autoabastecimiento territorial, mas la estrategia se dirige a sumar otros espacios ubicados en las montañas, zonas agrícolas con reconocidas potencialidades en las que deben diversificarse los cultivos a fin de lograr mayores aportes.

En la materialización de esta reanimación agropecuaria otro elemento a tener en cuenta es el fortalecimiento de Acopio para balancear y distribuir la producción. Todavía son evidentes los atrasos en la recogida y distribución, que afectan la calidad de lo que se comercializa en las placitas, mercados estatales y la feria agropecuaria del sábado, y aunque la oferta es mayor y los precios más asequibles, todavía son muchas las insatisfacciones cuando de alimentos se habla en Trinidad.

El autoabastecimiento territorial implica el pleno control y fiscalización de la actividad comercial por parte de las estructuras del Gobierno municipal y sus representantes en los Consejos Populares, y ese precisamente es otro de los retos en los que aún deben concentrarse todas las estructuras implicadas en ese ineludible proceso de acercar la comida a la mesa, sin intermediarios, ni precios que irrespeten el bolsillo del pueblo.