Fernando Chenard Piña: desprendimiento, valentía y heroicidad a toda prueba

Foto: CMBQ.

Por: José Rafael Gómez Reguera

Hoy es el día dedicado a los trabajadores del comercio, la gastronomía y los servicios. Fernando Chenard Piña, como mártir del sector, recibe el eterno homenaje de quienes en él, honran a los demás integrantes de la Generación del Centenario, reconociendo a quienes mejor desempeño tienen de frente a ese trío de actividades imposibles de soslayar en la vida diaria.

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Fernando Chenard Piña, mártir del sector del comercio, la gastronomía y los servicios. Foto: Ecured.

Chenard Piña había nacido el 4 de febrero de 1919 en Ciudad de La Habana, donde vivió en el barrio de La Ceiba, municipio Marianao. Estudió hasta el 6º grado de la enseñanza primaria. De familia de nivel medio, casi adolescente se independiza por discrepancias políticas con su padre y se convierte en fotógrafo y periodista de profesión. Desde muy joven manifiesta ideas revolucionarias.

En gesto de extraordinario desprendimiento y compromiso revolucionario, ofreció sus cámaras y equipos fotográficos personales para adquirir armas para la lucha y entregarle a Fidel la cantidad de 1000 pesos como resultado de su venta.

Dispuesta la movilización para Oriente que culminaría con los sucesos del 26 de julio de 1953, Chenard maneja un auto Dodge en el que transporta a Santiago de Cuba a los hermanos Gómez, a Córdova y a Montano, se aloja junto a ellos en la casa de tránsito de Celda 8, y se concentra a medianoche del 25 y 26 de julio en la Granjita Siboney. Fue asignado al destacamento que tenía como misión penetrar al Moncada por la posta 3.

Fernando Chenard Piña. Foto: Trabajadores.cu

Una vez fracasada la acción, cuando Fidel da la orden de retirada, le encomienda a Chenard que le trasmita la orden a Abel Santamaría en el hospital, lo que no puede cumplir ya que es apresado. Fue conducido al cuartel, torturado y asesinado ese mismo día, al igual que cinco de los ocho compañeros de célula que hicieron el viaje a Oriente: Marrero, Fleitas, Córdoba, y los hermanos Gómez. Tenía 34 años de edad.

En el Mausoleo a los Mártires de la Revolución, en el Cementerio de Santa Ifigenia, descansan sus restos junto a los de muchos de sus valientes compañeros de lucha. Allí no faltan nunca las flores frescas en tributo a quien todo lo dio por la libertad, porque ese eterno joven de palabra y acción renace cada 4 de febrero en los nuevos motivos de la Patria cubana. (Con información de Ecured y CMBQ)