Día Internacional de la Mujer, un poco de historia

Clara Zetkin. Foto: Internet

Por: José Rafael Gómez Reguera

El siglo XXI encuentra al Día Internacional de la Mujer bajo complejas situaciones internacionales. La ola neoliberal trata de expandirse en Latinoamérica y revertir los cambios que en no pocas naciones habían beneficiado a las grandes mayorías, entre ellas, a las propias mujeres. En otros países ni siquiera se han asomado cambios que beneficien a las féminas, a veces imposibilitadas de trabajar y hacer vida social. Y si trabajan, devengan salarios inferiores a los hombres. Mientras en Cuba es fecha de fiestas y reconocimientos, en esas naciones del mundo es día de manifestaciones, luchas y reclamos.

Una mirada al pasado 

La historia recoge dos eventos, ocurridos en la ciudad de Nueva York, devenidos antecedentes para instaurar un Día Internacional de la Mujer. El primero fue una gran marcha de trabajadoras textiles en el año 1857, las cuales transitaron por los barrios adinerados de la urbe neoyorquina en protesta por las miserables condiciones de las trabajadoras. El segundo, ocurre en 1908, cuando 40 000 costureras industriales de grandes factorías se declararon en huelga demandando el derecho de unirse a los sindicatos, reclamaron mejores salarios, una jornada de trabajo menos larga, entrenamiento vocacional y el rechazo al trabajo infantil.

Durante la huelga, 129 trabajadoras murieron quemadas en un incendio en la fábrica Cotton Textile Factory, en Washington Square, Nueva York. Los dueños de la industria habían encerrado a las trabajadoras para forzarlas a permanecer en el trabajo y no unirse a la huelga.

Ese propio año de 1908, en Estados Unidos, las organizaciones de mujeres socialistas convocaron a enormes manifestaciones públicas para luchar por el derecho de la mujer al voto y por sus derechos políticos y económicos. Un año después, 2 000 personas asisten a una demostración para celebrar el Día de la Mujer en Manhattan, Nueva York, mientras en 1910, las feministas y las socialistas de todo el país se unen a la celebración de este día de movilización popular.

La Segunda Conferencia de Mujeres Socialistas que tiene lugar en Copenhague, Dinamarca, el 27 de agosto de 1910 establece el 8 de marzo como Día Internacional de la Mujer. A esta conferencia asisten más de 100 delegadas de 17 países representando sindicatos, partidos socialistas y organizaciones de trabajadoras. Las representantes de los Estados Unidos llevaban como objetivo proponer el establecimiento de un día internacional para la mujer. Al final, la propuesta es presentada por Clara Zetkin, integrante del Sindicato Internacional de Obreras de la Confección.

Clara Zetkin. (Clara Eissner; Wiedenau, 1857-Arjanguelskoie, 1933) fue una dirigente comunista alemana, muy cercana siempre al feminismo, al socialismo y al comunismo. Después de la Primera Guerra Mundial desempeñó un papel fundamental en el nuevo Partido Comunista de Alemania.

La Conferencia discutió la cuestión de la guerra y llamó a las obreras a luchar contra el militarismo y el chauvinismo. Consolidó un programa integral de defensa de la trabajadora embarazada y madre, “sean sus hijos legítimos o naturales”. Señaló que “la maternidad debe ser reconocida como una función social, con independencia del Estado civil y las formas que asume la familia”.

Exigió la revisión de las leyes sobre el infanticidio, “cometido principalmente por madres que han sido abandonadas a su suerte”. Declaró la guerra contra la influencia religiosa y contra “las mafias que trafican con carne humana”, las redes de explotación sexual. La lucha por la igualdad política –el derecho al voto–, considerada como parte de la lucha global de la clase obrera, fue el punto clave de delimitación del sufragismo burgués. Clara Zetkin cuestionó la cooperación entre el socialismo inglés y las sufragistas – que defendían el voto “censal”, calificado.

“…El movimiento de las mujeres socialistas rechaza el voto calificado y lo considera una falsificación y un insulto a cualquier principio de igualdad política. Luchamos por la única expresión admisible de este principio: sufragio universal para todas las mayores de edad sin títulos de propiedad, impuestos, educación o cualquier otra cuestión que impida a las integrantes de la clase obrera hacer uso de sus derechos civiles. El movimiento socialista de la mujer no encara su lucha junto con los movimientos burgueses de la mujer sino en estrecha colaboración con los partidos socialistas, que defienden los derechos electorales sin distinción de sexo…” – manifestó la cita.

El Día Internacional de la Mujer en Cuba 

El Día Internacional de la Mujer se celebró por primera vez en Cuba el 8 de marzo de 1931, en plena etapa pseurorepublicana, en La Habana, y fue organizado por la Central Nacional Obrera de Cuba (CNOC) y la Federación Obrera de La Habana con invitación a todas las mujeres que trabajaban en diferentes talleres, comercios y fábricas de la ciudad. Cuentan que en esta actividad hicieron uso de la palabra Charito Guillaume, por el Comité Pro-organización de la Mujer Trabajadora; Panchita Batet por el Sindicato Textil, una delegada por los zapateros y la obrera Caridad Suárez recitó una poesía.

Ese día también recordaron la fecha un grupo de presas políticas, entre ellas Ofelia Domínguez, fundadora de la Unión Laborista de Mujeres. Allí escribieron un mensaje a la presidenta de las despalilladoras, Eudosía Lara, en cuyas apretadas líneas declararon su «adhesión y simpatía» por el Día Internacional de la Mujer Trabajadora. Esta nota salió de la prisión y se reprodujo en los periódicos de la capital.

Durante décadas la fecha fue de reclamos femeninos, mas ya a partir del Triunfo de la Revolución el contenido de las actividades por este día es de alegría y reconocimiento a las féminas cubanas, quienes tienen ganado un papel importante en la sociedad.

La Revolución cubana ha dignificado a la mujer. No importa su viva en zonas urbanas o rurales, ellas constituyen centro de la atención por su entrega y sacrificio en los diversos sectores de la producción, los servicios o la defensa. Casi siempre son mayoría en sectores como la salud y la educación, en los cuales aportan, incluso, a las importantes misiones de colaboración internacional tanto de naciones hermanas como en aquellos lugares urgidos de su presencia por la ocurrencia de desastres.

Las mujeres cubanas descuellan por sus aportes tanto en las investigaciones como en la aplicación de la ciencia y la técnica. Larga es la lista de nombres desde Mariana Grajales, María Cabrales, esposa del Lugarteniente General Antonio Maceo Grajales y aquellas heroicas mujeres que caen en el anonimato de las luchas contra los esclavistas y colonialistas españoles, pasando por las que se lanzaron a la manigua redentora, y las que activamente participaron en la lucha insurreccional, a riesgo de sus propias vidas, y las que fueron asesinadas cuando luchaban por el ideal patrio, todas las que se insertaron en el glorioso Ejército Rebelde, hasta la vida en Revolución.

Haydée Santamaría Cuadrado, Melba Hernández Rodríguez del Rey, Celia Sánchez Manduley, Vilma Espín Guillois, Lidia Doce, Clodomira Acosta Ferrales y muchas más, jalonaron un camino que prosigue, a pesar de todo, en pos de un presente y un futuro mejor para Cuba. (Con información de Ecured).