Proyecto Marabú, de Trinidad: el camino de los alimentos

Una vivienda ya habitada constituye muestra de la fortaleza del Proyecto Marabú, en Trinidad. Fotos: Cortesía Dr. Reinaldo José Álvarez Puente.

Por: José Rafael Gómez Reguera

La producción de alimentos sobre bases sustentables, con la permacultura y la agroecología como elementos básicos, define las características del Proyecto Marabú, que en Trinidad toma cuerpo luego de once años de investigaciones, experiencias y trabajos de campo, como loable forma de hacer en tiempos de la pandemia de la COVID-19, bajo los auspicios de la Universidad de Sancti Spíritus José Martí (UNISS), y la Universidad de Huelva, en España. CUBA ANTE LA COVID-19 (I) (II) (III)

El Doctor Álvarez Puente en el terreno.
Se trabaja en las nuevas casas y zonas de cría del Proyecto Marabú.

El Doctor en Ciencias Reinaldo José Álvarez Puente de la UNISS, una de las cabezas visibles de este proyecto financiado por la Junta de Andalucía, explicó que en los tiempos que corren, cuando resulta inviable la compra de abonos químicos, muchos de ellos altamente contaminantes, dañinos al entorno y a la salud del hombre, aprovechar tierras ociosas, plagadas de marabú, y ponerlas en función de viandas, vegetales y la cría de ganado menor, es una imperiosa necesidad, abonos orgánicos mediante, sin obvias la posibilidad de producir y utilizar biogás.

Se trabaja en las nuevas casas y zonas de cría del Proyecto Marabú.

El proyecto prevé la producción de compost que, además de garantizar sus necesidades propias, aportaría a los organopónicos de la ciudad de Trinidad. Se incluye un organopónico que sería, asimismo, fuente de empleo para las mujeres del lugar, y en paralelo se rescatan pocos de agua, ya en desuso, para su uso en regadíos y el consumo animal.

Vivienda habitada del Proyecto Marabú, en Trinidad.
Vivienda habitada del Proyecto Marabú, en Trinidad.

La zona en la cual se trabaja comprende la parte posterior de los edificios que están a la entrada del poblado marítimo-portuario de Casilda hasta la comunidad Santiago Escobar y la zona conocida como El Macío, y un área que se utiliza como depósito de basura y que en el futuro habrá que definir.  En total son 67 hectáreas las incluidas.

Apiarios del Proyecto Marabú de Trinidad.

“Las áreas ya se están cercando perimetralmente, y se dividen en seis partes, cada una con un productor con su casa y demás necesidades básicas cubiertas. Son pequeñas fincas que incluyen el rescate de plantaciones de marañón y la miel de abeja y sus derivados, para lo cual ya se fomentan los correspondientes apiarios, porque la apicultura es esencial”- expresó el Doctor Álvarez Puente.

Los trabajos se han fortalecido en el último mes, y han sido tomados con mucho entusiasmo por parte de todos los sectores involucrados, conscientes de lo que representa para la producción de alimentos y el beneficio social y personal.

Aunque se mejorarán las razas, el Proyecto Marabú se inicia con animales que ya poseen los campesinos involucrados y el aporte del MINAG.

Al respecto, añadió que se trabaja en la selección y siembra de especies forestales capaces de aportar diversos recursos, además de floraciones la mayor parte del año, y evitar así la trashumancia de las abejas, tal como se hace en otras partes de la provincia, con el consiguiente daño de las colmenas y gasto de recursos. Se potencian, entre otros, el coralillo y la campanilla, que complementarán, en el invierno, lo que dejarían de aportar los mangles cercanos.

Desde el principio este Proyecto ha sido bien acogido por el Grupo Agroforestal del Ministerio de la Agricultura, la Unidad Forestal de Trinidad y el apoyo de la Cooperativa de Créditos y Servicios José Mendoza García de este territorio. Los productores seleccionados han sido debidamente avituallados con ropas, zapatos, equipos de protección personal, y se mantiene el constante apadrinamiento de los profesores de la Facultad de Ciencias Agropecuarias de la UNISS que viven en el municipio, y se verán beneficiados con energía eléctrica mediante paneles solares. La zona devendrá, asimismo, punto de referencia para trabajos de diplomas de los futuros ingenieros de la provincia de Sancti Spíritus

En la actualidad también se acomete la roturación de las tierras que estaban sembradas con puntero y casuarina, especies que estaban haciendo mucho daño al marañón y a la palma guano, útil esta última en términos de techado de viviendas y construcciones provisionales, así como para la artesanía, antes para sembrar morera, moringa, caña, kingrass, titonia, o sea, especies forrageras, y así garantizar el alimento animal, debidamente triturado y procesado de conjunto con miel.

Se construyen varias naves para alojar casi 300 cabezas de ganado ovino y caprino, con pie de crías genéticamente seleccionados. Aunque, aclaró, no se empieza desde cero, pues ya hay allí cerdos, chivos y carneros, y luego vendrían cabras y pelibuey, además de pollos y conejos.

Las faenas constructivas no se detienen en las áreas del Proyecto Marabú.

Este movimiento, con cada vez más seguidores en Cuba, promueve el uso sostenible del espacio, la autosuficiencia en la producción de alimentos y energía, y el uso racional de los recursos disponibles. Sus fórmulas no son prefijadas, sino que potencian la adaptación y el diseño de espacios según el contexto, donde la sostenibilidad es la palabra de orden.

La Permacultura, que entronca con la conocida agroecología, incluye diseño de hábitat humanos sostenibles y sistemas agriculturales, que imita las relaciones encontradas en los patrones de la naturaleza. Sus ejes centrales son la producción de alimentos, abasto de energía, el diseño del paisaje y la organización de (infra) estructuras sociales. También integra energías renovables y la implementación de ciclos de materiales en el sentido de un uso sustentable de los recursos al nivel ecológico, económico y social.