Por: José Rafael Gómez Reguera
Desde casa, como solicitan las autoridades cubanas, a fin de evitar cualquier posibilidad de expansión y contagio del nuevo coronavirus, causante de la enfermedad conocida como COVID-19, han transcurrido las primeras horas de este Primero de Mayo, cuando el municipio de Trinidad, al unísono, zonas urbanas y rurales, han saludado el Día Internacional de los Trabajadores. CUBA ANTE LA COVID-19 (I) (II) (III) (IV)
Desde nuestras casas, hemos entonado las notas de nuestro Himno Nacional. Unas veces con ayuda de los equipos domésticos; otras sin ellos, pero con la pasión que demanda, en un ambiente que no ha dejado de ser festivo parte de la jornada matutina, pues no pocos vecinos se han sumado con música desde sus viviendas.
En otras partes del territorio, la celebración se ha hecho un poco más visible, enarbolando la Bandera de la estrella solitaria, esa que también, orgullosa porque jamás ha sido invasora, ondea en las ventanas y balcones de viviendas y edificios multifamiliares.
El Primero de Mayo no puede pasar por alto en una ciudad que luchó con denuedo desde las gestas independentistas, ofrendó lo mejor de sus hijos en la lucha insurreccional, apoyó las fuerzas del Movimiento Revolucionario 26 de Julio con todas sus energías, y junto a los demás integrantes del Ejército Rebelde, dio la bienvenida a la libertad en diciembre de 1958.
Hoy, por tanto, no puede ser un día más. Es especial. Y así lo demuestran las movilizaciones efectuadas hacia zonas agropecuarias para incrementar la producción de viandas, las jornadas desarrolladas por establecimientos del turismo y la gastronomía popular que elaboran alimentos; quienes se desempeñan en los diferentes centros de la Salud Pública, los transportistas que les apoyan a ellos, así como a los pacientes requeridos de tratamientos urgentes, no necesariamente vinculados con la pandemia…
También quienes continúan tras el mostrador para ofrecer sus servicios, los que en los centros del turismo no solo los protegen ante la inactividad, sino que mejoran sus condiciones de cara al futuro; los maestros que se comunican continuamente con sus alumnos para aclarar dudas y ofrecer orientaciones, y muy importantes, quienes desde el Ministerio del Interior, en nuestras calles garantizan la tranquilidad ciudadana, evitan la aglomeración y combaten actividades económicas ilícitas que dañan al pueblo trabajador.
Así transcurre este Primero de Mayo en Trinidad, donde siguen retumbando los himnos patrióticos, se escucha La Internacional, en algunas cuadras cederistas contenes de las aceras han aparecido pintados de blanco, y la iniciativa se ha desplegado con adornos sencillos que saludan la fecha del proletariado mundial por Cuba, por la Revolución.