Por: Ana Martha Panadés Rodríguez
Desde la Estación de Alevinaje de La Sierpe llegó el primer lote de alevines para embalses de agua dulce en el municipio de Trinidad que con esta primera siembra inicia por estos predios la producción acuícola como una de las alternativas dirigidas a garantizar niveles de proteínas en poco más de seis meses. CUBA ANTE LA COVID-19 (I) (II) (III) (IV)
240 mil alevines ya se adaptan a sus nuevas condiciones de vida en dos estanques localizados en la cercanía de las comunidades de San Pedro y la Chorrera gracias a una operación organizada por la Empresa Agroforestal Trinidad que ante la contingencia sanitaria a causa del nuevo coronavirus trabaja en función de incrementar la producción de alimentos e incursiona en actividades como la cría de peces de agua dulce.
Tres especies de ciprínidos: carpas, tencas y amuras viajaron en condiciones ideales desde La Sierpe conducidas por las manos expertas de tres choferes; entre ellos Eduardo López Hernández, quien desde hace 35 años trabaja en la mayor estación de alevinaje de Cuba y ha recorrido la isla de una punta a la otra; sin embargo, esta es la primera vez que transporta su carga a Trinidad.
“El viaje se organiza bien temprano- ilustra Eduardo- pues el sol y el calor afectan la calidad de los peces, ellos deben tener una temperatura estable que se le garantiza a través del sistema de clima del carro; lo más importante es que lleguen sanos a su lugar de destino”.
Pero esta vez una parada necesaria demoró un tanto el traslado: antes de entrar a Trinidad Eduardo y sus compañeros debieron pasar el control sanitario que toma la temperatura de los viajeros y la desinfección de los vehículos, medidas imprescindibles del Consejo de Defensa Municipal a fin de no permitir la entrada del nuevo coronavirus.
Con la explotación de estos peces de agua dulce, explica la directora adjunta de la Empresa Agroforestal Trinidad, Gloria Ibis Rey Rodríguez, el municipio debe consolidar la actividad acuícola en aras de favorecer las ofertas en la red de pescaderías del territorio, además de fomentar otros renglones de producción como la cunicultura y el ganado ovino-caprino para garantizar el aporte de unos 5 kilogramos de proteínas, como parte del programa de autoabastecimiento territorial.