Por: Rafael Novoa Pupo
Antonio Sánchez Díaz, nació el 7 de diciembre de 1927 en una finca denominada La Cantera, en el barrio de San José de Pinar del Río. Al nacer recibió por nombre Antonio, por la coincidencia histórica de venir al mundo, el mismo día que cayó en combate, el Titán de Bronce.
Fue el sexto de los 12 hijos de una familia campesina que tenía arrendado un pedazo de tierra para subsistir con lo que sembraban. Por la situación de los suyos, se ve precisado a trabajar con su padre desde los siete años, fundamentalmente en las labores del tabaco.
Alternando con el trabajo en el campo, logró llegar a séptimo grado, e inició estudios de Comercio por las noches, y al cumplir los 18 años aprendió el oficio de albañil y todo lo que tenía que ver con la carpintería de encofrados, para ayudar a mantener a sus padres y hermanos.
Luego del golpe militar que dio origen a la dictadura de Fulgencio Batista en 1952, decidió participar activamente en las acciones opositoras, y en 1957 decidió cruzar la isla para incorporarse al grupo guerrillero dirigido por Fidel Castro, que había comenzado a actuar en la Sierra Maestra, donde llegó sin haber sido enviado por el Movimiento Revolucionario 26 de Julio, por lo que tuvo que ganarse su estancia en las filas rebeldes con su actitud y firmeza.
Ya en la comandancia rebelde, bien pronto perdió su nombre y se le comenzó a llamar Pinares, por su provincia de origen. Allí se le confió la responsabilidad de la única ametralladora calibre 30 que tenían por entonces los revolucionarios. Para ello se tuvo en cuenta su fuerte complexión física y la buena puntería que tenía.
Luego por su destacada actitud, fue ascendido de soldado a capitán, y posteriormente fue designado jefe de la retaguardia de la columna invasora Antonio Maceo, que bajo las órdenes del comandante Camilo Cienfuegos partió hacia occidente el 21 de agosto de 1958. Al llegar a Las Villas, Pinares se destacó por su valentía en 10 combates.
Por su destacada participación en la etapa final de la lucha, se le asciende a comandante el 4 de enero de 1959, en una ceremonia sencilla que se realizó en Ciudad Libertad.
Luego de la fallida experiencia del Congo, el Che Guevara organizó un foco guerrillero en Bolivia, en una zona montañosa cercana a la ciudad de Santa Cruz, y que tomó el nombre de Ejército de Liberación Nacional de Bolivia con secciones de apoyo en Argentina, Chile y Perú.
El Che, eligió a Pinares para integrar el grupo de 16 cubanos que actuaron como combatientes en la Guerrilla de Ñancahuazú, utilizando el nombre de guerra de Marcos. Allí fue designado como segundo comandante de la guerrilla, y luego pasó a ser jefe de la vanguardia.
Por sus reiteradas faltas disciplinarias fue destituido de sus cargos para integrarse como simple combatiente, al pelotón de retaguardia dirigido por Juan «Vilo» Acuña.
Antonio Sánchez Díaz, arribó a Bolivia el 20 de noviembre de 1966. Ese día el Che anotó en su diario: «A mediodía llegaron Marcos y Rolando. Ahora somos seis…». Así mismo en el diario del Guerrillero Heroico aparecen varias referencias a las cualidades y los errores del combatiente.
El 2 de junio de 1967, murió en una emboscada en Peñón Colorado, junto a su compañero boliviano Casildo Condori. Su cuerpo fue hallado en las cercanías de Lagunillas el 11 de abril de 2000, y sus restos fueron trasladados posteriormente a Cuba, donde descansan en el Complejo Monumental «Ernesto Guevara», en Santa Clara. Pocas semanas después el 9 de octubre, el Che Guevara moriría asesinado en La Higuera.