Trinidad: Añoranza por el ferrocarril

Por: José Rafael Gómez Reguera

Hace hoy 32 años, Trinidad quedó incomunicada, por ferrocarril, con la actual provincia de Villa Clara, y obviamente, con su ciudad cabecera, Santa Clara, que a su vez fuera capital de Las Villas, un territorio al que nos unen muchas razones.

Entonces, en 1988, intensas lluvias provocan una gran crecida del río Agabama, el cual derrumba el puente ferroviario de Las Mariquitas y rompe la carretera de Trinidad a Sancti Spíritus por la zona de La Paloma, incomunicando la ciudad por carretera hacia Sancti Spíritus y por ferrocarril hacia Fomento.

Los daños también fueron cuantiosos en la industria azucarera FNTA y sus plantaciones cañeras, la agricultura no cañera y hasta el puerto de Casilda. Asimismo, fue dañado el sistema eléctrico y numerosas viviendas destruidas parcial o totalmente.

Habernos dejado sin una importante vía de comunicación fue un duro golpe para Trinidad, tan apegada a la ciudad de Martha Abreu, y donde radica la universidad de igual nombre, hacedora de profesionales para toda esta zona del centro de Cuba durante muchas décadas.

El ferrocarril tiene una larga historia desde que en 1856 fuera inaugurada la vía entre Trinidad a Casilda, todavía en uso, medidor de la pujanza de la sacarocracia criolla, solo 19 años después de que se pusiera en servicio, en Cuba, con el primer tramo Habana-Bejucal.

Muchos planes se han hecho desde el derrumbe del puente de Las Mariquitas, añorando el regreso de esta importante vía de comunicación. Proyectos vinculados con la voluntad hidráulica los han paralizado. Pero… ¿será por siempre?

NOTA: La obra del puente se inició en diciembre de 1917 y se concluyó el 3 de febrero de 1919. El vial funcionó desde el 10 de marzo de 1919 y durante todo el final de la seudorrepública y las primeras décadas del periodo revolucionario hasta que, el 2 de junio de 1988, el puente sobre el río Agabama, considerado el más largo de su tipo en Cuba y uno de los mayores de Latinoamérica -250 metros de longitud entre sus cabezas y 52 metros de alto sobre la vaguada, según la Guía de Arquitectura de la Ciudad de Trinidad y el Valle de los Ingenios-, fue derribado por la soberbia crecida del río, finalizando la vida activa de este vial, aunque algunos tramos cortos aún siguen funcionando. (Tomado de Ecured y la Guía de Arquitectura de Trinidad).