Cuba: primera interpretación del Himno Nacional, el 11 de junio de 1868

Por: Rafael Novoa Pupo

El 13 de agosto de 1867 se reunió el Comité Revolucionario de Bayamo en la casa del abogado Pedro Figueredo para elaborar los planes que debían desencadenar el movimiento independentista cubano. Allí se le sugirió a Figueredo que compusiese nuestra Marsellesa.

En la madrugada del 14 de agosto, el revolucionario bayamés escribió la melodía del que llegaría a ser nuestro Himno Nacional. En aquel momento se le llamó La bayamesa, como expresión de su carácter revolucionario y del lugar en que nacía la rebeldía nacional.

El Himno de Bayamo, surgió en el fragor de la lucha contra el poder de la metrópoli española, y llamaba a defender la Patria en el combate, y ofrendar la propia vida en busca de la ansiada libertad.

Se interpretó por primera vez en público en las fiestas religiosas del Corpus Christie, el 11 de junio de 1868, en presencia del Gobernador Militar de la Plaza, coronel Julián Udaeta.

Cuando el gobernador escuchó la marcha se sorprendió y mandó a buscar al director de la orquesta quien le informó que era una marcha del señor Pedro Figueredo. Seguidamente, el gobernador señaló a Perucho que la marcha no tenía nada de religiosa y sí mucho de guerrera a lo que este respondió: “Usted no puede determinar que este sea un canto de guerra puesto que no es músico”. El gobernador español quedó entonces con la duda, y la marcha se popularizó, silbándose por las calles.

El 10 de octubre de 1868 se inicia la Revolución , y 10 días después, el 20 de octubre, es tomada la ciudad de Bayamo por las fuerzas mambisas al mando del joven abogado Carlos Manuel de Céspedes.

En medio de la alegría, el bullicio de las tropas rebeldes, y al lado de Céspedes y otros patriotas, montado en su caballo “Pajarito”, Perucho Figueredo escuchó cuando se entonó su marcha y cómo el pueblo la secundaba. Así, el 20 de octubre de 1868 en la primera ciudad libre de Cuba, se completó el nacimiento del Himno Nacional.

A partir de entonces sus notas presidieron todos los actos del movimiento independentista y ha llegado hasta hoy, como la expresión del carácter patriótico de nuestro pueblo.

Con el tiempo, y al no contar con la partitura original, la melodía sufrió alteraciones. Incluso, recibió dos versiones de armonización e introducción, una de Antonio Rodríguez Ferrer y la otra de José Marín Varona.

Finalmente se obtuvo el original de puño y letra de Perucho Figueredo, lo que provocó varios análisis y discusiones, hasta que se acordó mantener la versión de Rodríguez Ferrer, aunque la misma seguía recibiendo diversas interpretaciones.

No fue hasta 1983 , que el investigador y musicólogo Odilio Urfé presentó una ponencia a la Asamblea Nacional del Poder Popular con la versión definitiva del Himno Nacional, la que fue aprobada, e inmediatamente se procedió a la edición en partitura y fonograma para conocimiento público.

La versión actual de La bayamesa, refrendada por la Ley de los Símbolos Nacionales de 1983, es la que José Martí publicó el 25 de junio de 1892 en su periódico Patria, armonizada por Emilio Agramonte, y que fue revisada en 1898 por Antonio Rodríguez Ferrer.

Su música y texto los tenemos interiorizados desde niños. Lo cantan todos los cubanos en las ocasiones oficiales señaladas y en otros momentos guiados por la espontaneidad y la emoción de su contenido.

Este himno, es una exhortación al pueblo cubano a tomar las armas para luchar por la patria. Es motivo de orgullo, aunque se pueda perder la vida en ese empeño, y que será recompensado en el recuerdo de la patria, pues en él se considera que es preferible morir por tratar de ser libres, antes que estar encadenados y soportando cualquier tipo de ultrajes.