Manuel Antonio de Varona Miranda, fue un General de división del Ejército Libertador cubano, que participó en las tres guerras por la independencia de la isla.
Nació el 1 de enero de 1856 en la finca El Aguacate, en las inmediaciones de Sibanicú, y fue uno de los tres hijos del matrimonio de Diego de Varona del Castillo y Rufina de Miranda Agüero.
Los primeros años de instrucción, los recibe en la ciudad de Puerto Príncipe, actual Camagüey, y de regreso a su natal Sibanicú, le sorprende el estallido de la Guerra encabezada por Carlos Manuel de Céspedes en La Demajagua, Bayamo, el 10 de octubre de 1868.
En 1870 se incorpora junto a su padre y hermanos, primero en calidad de conspiradores, y luego se unen definitivamente a las huestes mambisas para combatir por la independencia de la Patria. Participó en el combate de Jimaguayú donde cayó el Mayor General. Ignacio Agramonte. En 1879 secundó el alzamiento del coronel Limbano Sánchez en Baracoa, acción donde fue herido, hecho prisionero y, luego, indultado.
Cuando se firma el Pacto del Zanjón, con el que se da término a la Guerra de los Diez Años en febrero de 1878, había alcanzado los grados de teniente.
Al estallar la Guerra Chiquita, se incorpora inmediatamente a las órdenes de Limbano Sánchez, junto al que participa en un gran número de combates, resultando herido de gravedad en uno de ellos y hecho prisionero de los españoles, quienes lo conducen al castillo del Morro en Santiago de Cuba, hasta que logra ser puesto en libertad y marcha al exilio.
De recorrido por los países del Caribe y América Central, se vincula a todos los grupos de revolucionarios cubanos radicados en esos países, incluido el fracasado intento organizado por Flor Combret de apoderarse de la ciudad de Santiago de Cuba, descubierto por las autoridades españolas.
Luego permanece un tiempo en Venezuela donde continúa sus actividades revolucionarias. En 1895 viaja a la República Dominicana y parte junto a Mayía Rodríguez rumbo a Cayo Florida donde estaban los generales mambises Serafín Sánchez y el polaco Carlos Roloff, quienes organizaban la expedición con destino a Cuba, a bordo del vapor James Woodall que arribó a Tayabacoa, en la costa sur de Las Villas, el 24 de julio.
Ya en tierra cubana, Manuel Antonio es ascendido a capitán y recibe el mando de un batallón de las fuerzas de Carlos Roloff, que tiene la misión de destruir puentes y vías férreas en la zona villareña, e impedir el movimiento de tropas españolas, en ese territorio.
El 1 de octubre de 1895 es ascendido a comandante y recibe la jefatura del batallón Tiradores de Roloff, que operó en la zona comprendida entre Tunas de Zaza, Sancti Spíritus, Remedios, Caibarién, Morón y Júcaro, con el propósito de paralizar el tráfico.
Cuando Roloff pasa a ocupar la Secretaría de la guerra, expresa a Varona su gratitud y reconocimiento por los servicios que le brindó, a la vez que le pide que mantuviera su nombre, al batallón.
Luego ingresó en la columna invasora con las tropas del Mayor. General Serafín Sánchez, con quién combatió en Mal Tiempo el 15 de diciembre de 1895, La Colmena el 20 de diciembre de 1895, así como en Zaza, Guasimal, y Paredes, entre otros.
Cuando el general Antonio Maceo penetra en Las Villas con su columna invasora llama a Varona, a quien conocía desde la Guerra de los Diez Años, y le pide que se incorpore a sus fuerzas.
El 16 de enero de 1896 atacó Guane y fue de los primeros en llegar a Mantua el 20 de enero de 1896, donde se dio por concluida la Invasión, dos días después.
El 17 de marzo de 1898, es promovido a jefe de la División, cargo con el que terminó la guerra. Durante la República se desempeñó durante un tiempo como inspector de Montes y Minas.
Durante la intervención norteamericana en Cuba, y luego en la República neocolonial, se mantiene alejado de la política, y se dedica a labores agrícolas para la subsistencia de su numerosa familia, hasta que muere el 6 de octubre de 1935, en La Habana. (Con información de Ecured).