Octavio de la Concepción y de la Pedraja, el médico de la guerrilla del Che en Bolivia

Por: Rafael Novoa Pupo

Este 12 de octubre se cumplen 53 años de la caída en combate en Bolivia de Octavio de la Concepción y de la Pedraja, integrante de la guerrilla del Comandante Ernesto Che Guevara, junto a otros compañeros que habían sobrevivido al enfrentamiento de la Quebrada del Yuro.

Octavio acompañó al Che en la misión internacionalista desarrollada en el Congo y luego fue igualmente escogido por el Guerrillero Heroico, para formar parte de su guerrilla en Bolivia.

A partir de entonces, Octavio sería nombrado en el Diario del Che indistintamente como Moro, Morogoro, Muganga o Médico, recibiendo como justo reconocimiento, evaluaciones positivas de su jefe por su ejemplar actitud y entrega total, a los servicios médicos que presta a la tropa, junto a su condición de combatiente de primera línea.

Tras evadir el cerco enemigo en la Quebrada del Yuro, El Moro, Eustaquio (Lucio Edilberto Galván), Chapaco (JaimeArana) y Pablito (Francisco Huanca), llegan a la confluencia de los ríos Mizque y Grande, donde se encontraban apostadas fuerzas del ejército boliviano.

Cuando los guerrilleros intentaron saciar la sed, los soldados abrieron fuego y se entabló el desigual combate, hasta que los cuatro cayeron acribillados a balazos.

Octavio de la Concepción y de la Pedraja, el médico de la guerrilla del Che en Bolivia, nació en La Habana el 16 de octubre de 1935. Sus padres tenían una farmacia, pero por problemas económicos se vieron obligados a trasladarse hacia Tacajó, actual municipio de Báguano, provincia de Holguín, para probar suerte con la única farmacia existente en el lugar.

Allí Tavito, como cariñosamente le llamaban, cursó hasta el sexto grado de escolaridad, y su niñez transcurrió compartida con los niños y niñas del batey del central azucarero Fernando de Dios, donde juega, caza, monta a caballo y en bicicleta, entre otros entretenimientos infantiles.

Al concluir los estudios primarios regresó a La Habana para cursar el bachillerato, y posteriormente matriculó la carrera de Medicina en 1952 en la Universidad de La Habana. Una vez graduado retornó a Tacajó donde ejerció como médico.

Sus inquietudes revolucionarias lo llevaron a vincularse con el Movimiento 26 de Julio, hasta su incorporación al Ejército Rebelde y tras el triunfo de la Revolución se hizo cirujano, además de desempeñar otras tareas y responsabilidades que le fueron asignadas.

En la Sierra Maestra integró el Departamento de Sanidad Militar Rebelde en el Segundo Frente Oriental «Frank País», donde participó en acciones de guerra como las de Río Frío, Santa Ana y la toma de Sagua de Tánamo.

En Holguín, el mejor monumento a la memoria de Octavio de la Concepción y de la Pedraja, lo constituye el Hospital provincial Pediátrico que lleva su nombre, cuyo colectivo de trabajadores se esmera en la labor asistencial rindiendo así perenne homenaje al médico de la guerrilla del Che en Bolivia.

Octavio de la Concepción dejó dos hijos: Tavito, que contaba seis años de edad y es hoy cirujano, especialista en Urología; y Oscarito, de apenas dos años, posteriormente graduado de Ingeniero Mecánico en la URSS.

Tres décadas después de lo acontecido en Bolivia, sus restos fueron encontrados y depositados en el Mausoleo que se construyó en la ciudad de Santa Clara, para honrar al Che y a sus compañeros de lucha. (Con información de Telecristal, y Ecured).