Por: Ana Martha Panadés Rodríguez
Un entorno laboral seguro y libre de COVID-19 constituye un desafío para las administraciones y trabajadores que hoy se mantienen de forma presencial en sus puestos de labor y garantizan actividades de la economía, la producción y los servicios en el municipio espirituano de Trinidad. CUBA ANTE LA COVID-19 (I) (II) (III) (IV) (V) (VI) (VII) (VIII) (IX) (X) (XI)
En el nuevo escenario, tras el impacto de la contingencia sanitaria y la amenaza de rebrotes, resulta vital asegurar el cumplimiento de las medidas higiénicas en los colectivos laborales y reducir la exposición a situaciones de riesgo, sobre todo para el personal de la salud, de los servicios, además de los conductores de taxis y ómnibus, reconocidos por la Organización Mundial de la Salud, (OMS), como los más vulnerables.
El Máster en Ciencias Nicel Rusindo Hernández, especialista del Departamento de Promoción de Salud del Centro Municipal de Higiene y Epidemiología, alerta sobre el exceso de confianza en la familia o entre compañeros de trabajo, lo que puede propiciar el contagio con el virus SARS-CoV-2, así como el riesgo de generar eventos de transmisión y extender la cadena de contactos.
“El virus –ilustra Rusindo Hernández- va a encontrar la oportunidad en el cuerpo que lo deje entrar por las vías que ya se conocen a través del sistema de mucosas de la nariz, ojos y bocas; por lo que las precauciones que tomamos en la casa o en los espacios públicos deben incorporarse a los centros de trabajo y es responsabilidad de las administraciones y de cada jefe de área, garantizar su cumplimiento”.
Entre las medidas obligatorias que se deben cumplir destacan la adopción de alternativas para asegurar la ventilación de las oficinas y locales, limpieza y desinfección adecuadas de cada puesto de trabajo y el uso del nasobuco en todos los espacios. También se insta a evitar la coincidencia masiva de trabajadores y clientes o usuarios en las horas de mayor afluencia a los centros laborales.
Lograr entornos laborales seguros constituye responsabilidad de todos y para ello, es necesario cooperar y actuar de manera coordinada en función de preservar, primero, la salud de los trabajadores y luego procesos productivos eficientes.